La obligada "dieta digital" a los menores chinos que les prohíbe jugar más de tres horas por semana
El problema sociológico que hay detrás de las adicciones a los videojuegos a través de los ojos de los profesionales de la psicología
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Madrid
El gobierno chino ha anunciado que solo permitirá, a los menores de 18 años, tres horas de videojuegos a la semana. El acceso les permitirá entrar a los videojuegos online exclusivamente a las 8 y 9 de la tarde de los viernes, sábados y domingos. Esta medida busca impedir que los más jóvenes “se entreguen” a los videojuegos, para “proteger de forma efectiva la salud mental y física” y asegurar “un crecimiento sano”.
<p>"La típica idea que si viniera de Suecia se analizaría con interés de entomólogo, pero viniendo de un régimen autoritario quizás se despache por autoritaria y censora. Así que olvidemos el dónde y vayamos al qué", la polémica del día de Isaías Lafuente</p>
En ‘La Ventana’ se han encontrado Daniel Martínez Hernández-Sonseca, psicólogo de la Fundación RECAL que trata la recuperación de adicciones como alcoholismo, drogas o incluso conductas relacionadas con las nuevas tecnologías, el juego y los videojuegos y Álvaro Fernández, psicólogo sanitario especializado en videojuegos.
Si la noticia viniese de Suecia se analizaría desde otra perspectiva, sin embargo, viniendo de un régimen autoritario como lo es China, se mide con otros parámetros. Isaías Lafuente ha empleado el término de “dieta digital”, para referirse a esta prohibición.
Daniel Martínez considera que es necesario contextualizar la medida dentro de un país que tiene voluntad intervencionista hacia de la libertad del individuo. Sin embargo, estima que si se han recrudecido las medias ya existentes es porque “de alguna manera hay unos niveles de incidencia que ya ellos consideran como problemáticos”.
Álvaro Fernández analiza qué es lo que le ocurre al cerebro con los videojuegos: “Son una fuente de dopamina, los neurotransmisores que nos dan placer” y “que tenemos todo el tiempo disponibles”. Es necesario educar y dar buenas bases, con una filosofía de vida que se dirija a algo. Lo único que puede superar la estimulación de los videojuegos es la realización personal: “Que ni es accesible, ni se consigue de un día para otro” o el estado de enamoramiento. “La mejor forma de mantener el acceso a los videojuegos es hacerlo de forma sana”. Cree que la medida es una equivocación bastante grave, porque los jóvenes podrán acceder a vídeos con el mismo contenido que les han prohibido: “Es una tontería castrar el no poder jugar, pero poder ver contenido de videojuegos”.
Daniel Martínez considera que es un error, si no se acompaña de otras medidas. “Tenemos que mirarnos el ombligo como sociedad y ver esta fiebre a qué responde" ha declarado el psicólogo. Hay que mirar las causas y quién es el patito feo de la sociedad. Se necesita hacer una autocrítica. “¿Cuáles son las necesidades de las personas que juegan? Quizá son personas con depresión” y “necesitan acceso a tratamiento”.
Para engancharse a los videojuegos hay un factor muy importante que es el personal y hay que atender a esa diversidad. La parte cerebral que se encarga de controlar los impulsos, se termina de formar a los veinte, por lo que los chicos más vulnerables son los adolescentes, que también tienen problemas comunicativos y “pueden estar gestionando su malestar a través de los videojuegos”.
Álvaro Fernández ha explicado que cuanto mejor sea el entorno, el rendimiento en los estudios, las relaciones afectivas con la familia, los amigos y la pareja, más fácil será prevenir los síntomas adictivos. “Son anecdóticos los casos en los que hay adicción a los videojuegos y nada más”. Hay que mirar más al problema de fondo. Establece que lo más adecuado sería que los menores de 16 no jugasen desde la una de la madrugada hasta la siete de la mañana.