Jorge Dezcallar: "Un país me pidió una bomba para acabar con la oposición tras darme un chivatazo"
El que fuera director del Centro Nacional de Inteligencia durante el 11-S publica la novela 'Espía Accidental'
Jorge Dezcallar: "Un país me pidió una bomba para acabar a la oposición tras darme un chivatazo"
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Madrid
El 11 de septiembre de 2001, Jorge Dezcallar llevaba apenas dos meses al frente del CESID, el precursor del Centro Nacional de Inteligencia y como jefe de los espías españoles le tocó lidiar con una de las situaciones de seguridad más complicadas que se recuerdan. "Estaba en Buenos Aires, en una reunión con homólogos latinoamericanos. Al principio no podíamos creer lo que veíamos, empezaron a sonar todos los teléfonos y la reunión se deshizo enseguida", rememora.
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Dezcallar cuenta que la información al principio era bastante confusa: "De camino al aeropuerto iba leyendo telegramas y mensajes. Confirmé la información que pude y llamé al presidente -José María Aznar- para contarle. Él ya estaba al tanto y me preguntó cómo lo veía".
El yihadismo apenas figuraba en el radar de los servicios de espionaje internacionales y el atentado pilló a todos por sorpresa: "Ningún servicio contaba con un ataque así. Días después, tuve una reunión en Londres en la que mis colegas de la CIA y el Mi5 reconocían su estupor y confusión".
A la búsqueda de intérpretes pastún
"De la noche a la mañana hubo que buscar expertos y traductores. Me criticaron mucho cuando puse un anuncio en un periódico buscando intérpretes de pastún y farsi, pero no había otra manera", explica Dezcallar.
El exdirector del CNI cuenta que había que crear desde cero una red de informadores sobre el terreno: "Introducir un agente encubierto lleva mucho tiempo y es muy complejo. Hubo mucha cooperación con servicios afines. El 11-S cambió el mundo y la forma de trabajar de los servicios secretos".
A la pregunta de si era posible librar la 'guerra contra el terror' sin apoyarse en regímenes despóticos, Dezcallar ha hecho memoria: "He tenido contactos con personas que no me gustaría que me vieran en público. Gente que me ayudaba y me advertía. Estoy pensando en un caso muy concreto. Un atentado que se estaba preparando en España e hicimos detenciones para evitarlo. Y nunca se supo. Todo porque el jefe de un servicio de un país impresentable me llamó un día y me dijo que tenía una información sobre un señor que estaba llegando a España en avión con malas intenciones. Y era verdad. Yo se lo agradecí. Pero, es verdad también que tiempo después me pidió que le diera una bomba de precisión para acabar con la oposición y no se la di".
La mayor satiafacción
Jorge Dezcallar explica cuál fue su mayor satisfacción personal durante esa lucha clandestina contra los yihadistas: "Hubo varias. Los mejores momentos eran cuando te llamaba el jefe de un servicio secreto amigo para agradecerte por una información que le pasabas".
El exdirector del CNI acaba de publicar su primera novela 'Espía accidental', una trama de espionaje ambientada en Oriente Próximo que entiende como homenaje a los agentes del Centro Nacional de Inteligencia. "Espero que les guste y que lo vean con humor", sentencia.