'Benediction', Terence Davis emociona con un poema antibelicista en San Sebastián
El director británico ahonda en la vida del poeta Siegfried Sasson que vivió como soldado la Primera Guerra Mundial y plasmó el horror en su obra
San Sebastián
En tiempos convulsos como los nuestros, con Afganistán de fondo, con Siria y con más conflictos armados, la poesía antibelicista de Siegfried Sasson suena con más fuerza que nunca. El director Terence Davis le ha dedicado un gran poema visual antibélico a Sasson, poeta británico al que disecciona en la interesante Benediction, una suerte de biografía cinematográfica en la que el director no abandona los elementos que caracterizan su cine y que ha presentado en competición en el Festival de Cine de San Sebastián.
Davis se aleja del estilo clásico de la biografía para acercarse a una reconstrucción de la vida del artista a través de retazos, momentos alegres y tristes, e imágenes de noticieros documentales de la época, esa Primera Guerra Mundial que tanto marcó la vida de Sassoon. Es maravilloso como lograr mostrar a través de esas imágenes reales en blanco y negro los recuerdos y traumas de un soldado joven. La película se centra en la juventud de Siegfried, y solo desaparece en un par de flashback hacia su vejez, saltándose décadas y décadas de su vida.
Siegfried Sassoon fue un hombre complejo que sobrevivió a la guerra, pero a su regreso se convirtió en un firme crítico de la continuación de la guerra por parte de su gobierno. Mandó cartas para que Reino Unido saliera de la guerra y eso le costó su libertad, ya que acabó encerrado en un psiquiátrico. Después se convertiría en uno de los principales poetas de guerra de la época. Idolatrado por aristócratas y estrellas del mundo literario y escénico londinense, mantuvo relaciones con varios hombres mientras intentaba aceptar su homosexualidad.
El retrato de ese mundo con jóvenes artistas homosexuales que vivían con cierta libertad a pesar de las leyes que prohibían las relaciones entre parejas del mismo sexo, es interesante porque muestra cómo lo vivía una clase social privilegiada y que por eso pudo mantener relaciones homosexuales sin ser perseguido por ello. "Si eras un obrero te metían en la cárcel, la homosexualidad ha sido delito en Inglaterra hasta 1967", decía Davis. "En los 70 no me gustaba el narcisismo que existía en ese entorno", ha asegurado, "no quería caer en el tópico de mostrar hombres sin camiseta curtidos en el gimnasio, me parece muy aburrido, quería mostrar lo horrible y lo malvado que puede ser ese mundo pero también lo divertido".
No es la primera vez que el realizador, de obras como The Deep blue sea o Sunset song, ambas presentadas en el Festival de San Sebastián, dedica una película a un poeta atormentado. Ya lo hizo con Historia de una pasión, que hablaba de Emily Dickinson. A Sassoon lo descubrió más tarde, en la escuela de arte dramático donde tuvo que hacer un trabajo sobre él, pero ha profundizado en su figura ahora, investigando para su película.
El actor escocés Jack Lowden firma un retrato que pasa por todas las emociones posibles, el amor, el desconsuelo, la ira, la vergüenza, el resentimiento, para acabar con una poderosa escena final donde el poeta acaba desconsolado, después de no haber encontrado redención ni en el matrimonio, con una mujer que en realidad no amaba, ni en su conversión al catolicismo. "Lo más difícil fue encontrar en el personaje hueco para la alegría, apenas la tiene y no quería hacer un retrato de alguien miserable. Hablamos mucho de la nostalgia, de alguien que no quiere salir del pasado, así era él y así lo hemos dibujado", explica el actor en la Cadena SER. A Lowden, le hemos visto en pequeños papeles en filmes como Dunkerque de Christopher Nolan o en la serie Small Axe de Steve McQueen.
En esa idea de redención, que inunda toda la película, incidía el director en la rueda de prensa, que ha atendido de manera telemática. "Es un hombre que no encuentra la redención porque la redención solo la puedes encontrar dentro de ti mismo, si no la encuentras en tu interior no la vas a encontrar ni a través del arte, ni de la religión, ni de otras personas".
Por todo ello, Davis crea un retrato de un hombre frustrado y dolorido, que siente abandonado por todos, amigos, pareja y por el país, que no le dio reconocimiento oficial como poeta.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...