Regularización del consumo de cannabis: "Para un menor es más fácil conseguir cannabis que una aspirina"

Madrid

Un 35,2% de la población española entre 15 y 64 años sabe por experiencia propia lo que es fumarse un porro. España lidera, junto a Francia, el consumo de cannabis en la Unión Europea. El cánnabis tiene en nuestro país un impacto social, sanitario y criminológico realmente importante. Más de la mitad de los 20.000 detenidos por tráfico de drogas que se registran anualmente en España, lo son por cannábicos. Este asunto ha sido llevado al Congreso, donde Más País y ERC han presentado esta semana sendas proposiciones de ley que van más allá de regularizar el cannabis para uso medicinal; plantean que también sea legal en un uso particular similar al del tabaco. Es decir, prohibirlo hasta los 18 años y para las personas legalmente incapacitadas. Unidas Podemos también presentará inminentemente una proposición de ley en este sentido. 'La Ventana' ha presentado un debate que enfrenta dos visiones, en los que han participado Eulalia Alemany directora técnica de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y Fidel Moreno, escritor y director de la revista Cáñamo, la revista de la cultura del cánnabis.

Cuestión de derechos

Ambas partes han coincidido en la necesidad de llevar el cannabis al punto en el que se encuentra ahora en la agenda política, y que ha llegado tarde. “Hay que tener muy en cuenta los Derechos Humanos. Hay cerca de un 11% de la población en España que es consumidor de cannabis. El Estado y la democracia se basa en el respeto de las minorías, y nadie puede prohibir a alguien el acceso a una sustancia cuyo consumo no haga daños a terceros y le permite modular su conciencia y cambiar su estado de ánimo. Cabe una información veraz acorde a las evidencias científicas”, ha expuesto Moreno, que además ha reafirmado que está muy presente en la cultura española. Por otro lado, Alemany ha recalcado la preocupación por los jóvenes: “Desde la FAD nos preocupa la banalización del consumo del cannabis, especialmente en los que más tenemos que proteger, porque están en edad de desarrollo y el consumo de drogas va directamente al cerebro”.

Sin evidencias claras

“El veneno está en la dosis”, ha recalcado Moreno, a lo que la directora técnica de la FAD ha respondido y reiterado que “afecta directamente al cerebro y tiene sus consecuencias”. Por otro lado, la búsqueda el modelo más adecuado ha sido uno de los pilares del debate. Moreno cree en “derogar la prohibición y regularlas de manera que los colectivos vulnerables no accedan a ellas. Una persona puede comprar cannabis, en el mercado negro, que una aspirina. Tiene que regularlo el Estado”, ha explicado el escritor. Alemany, por su lado, ha señalado que la regulación, además, tiene otro motivo: “Las drogas tienen riesgos, y son esos riesgos los que hay que evitar”.

Otra de las cuestiones más importantes es si la legalización aumentaría su consumo en nuestro país. Alemany ha explicado que no existen suficientes evidencias en países como Canadá o Uruguay para confirmar o desmentir: “No tenemos datos claros de si se ha producido un aumento del consumo. La intuición te dice que algo puede aumentar. España está en un momento que tendría que empezar muy restrictivamente”.

“¿Cómo accedería al cannabis un adulto que pudiera consumir sin problemas?”, ha planteado el director de la revista Cáñamo: “Si es medicinal, a través de la farmacia; si es aficionado a la jardinería, a través del autocultivo; también están los clubs de cannabis y lo que aún no hay: la cañamerías”. Se trata de un punto de venta donde se vendería “con todas las garantías sanitarias y producido a través de licencias”, con prohibición a menos y grupos vulnerables.