España llega tarde a la legalización del cannabis
Íñigo Errejón critica la "hipocresía" de no reconocer el consumo extendido de cannabis en España de quienes quieren ignorar el debate sobre su regularización
Más País Más País estima que se podría hacer aflorar tres mil millones de euros al año en impuestos
El catedrático Manuel Guzmán explica que el cannabis "ofrece un alivio paliativo del dolor, de la rigidez muscular, de la pérdida de apetito, del insomnio, etc."
La legalización del cannabis (programa completo)
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A Íñigo Errejón no le gusta el cannabis, pero ha tenido que aguantar muchas bromas al respecto, reconoce, por su defensa de la legalización de esta droga. Un asunto que a menudo se trata en política “de una manera muy paleta, con risitas”, critica el diputado, pero que, de tomarse en serio, permitiría que “un consumo que ya se produce generalizado en España esté bajo el control de la regulación pública haciendo aflorar dinero y empleo”, en lugar de a merced de las mafias y el mercado negro.
El objetivo de Más País, que lleva en su programa desde 2019 la legalización del cannabis, es “regular algo que ya existe, y que regulaciones que ya están en marcha en Alemania o en Portugal, en España, las desarrollemos con todas las garantías y siendo otra vez un país puntero”, dice Íñigo Errejón, que cree que es hora de “romper con la hipocresía”.
La legalización del cannabis
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Equiparando el debate al que se mantuvo con el alcohol tras su prohibición en la ley seca en EEUU, el político subraya que “ésta no es una discusión sobre si se consume o no se consume cannabis, tampoco es una discusión sobre si es bueno o malo consumir. En España se consume mucho cannabis y si no somos hipócritas, reconoceremos que todo aquel que quiera tiene acceso a él en el mercado negro”.
Además, defiende que la prohibición no ayuda a reducir el consumo. “La prohibición pone multas, nos hace gastar mucho dinero en recursos policiales y judiciales persiguiendo a chavales y pequeños consumidores y no ha impedido que España sea el país que más produce y que más consume”.
Datos oficiales
La cantidad de hachís incautado en el año 2020 (473,9 toneladas) ha aumentado en un 36% respecto al año anterior. Ese año, la mayor parte de las detenciones y de las denuncias estuvieron relacionadas con los derivados del cannabis, según datos de la Policía.
Andalucía se mantiene como la comunidad donde más cantidad se ha aprehendido, y la mayoría de los detenidos por tráfico de hachís son españoles, marroquíes y franceses.
El “Informe europeo sobre drogas 2021” señala que las rutas de tráfico de cannabis se han diversificado, creciendo las entradas por mar durante la pandemia. Además, España es el principal puerto de entrada a Europa de la mayoría de resina de cannabis marroquí.
Límites al consumo
Con la legalización del cannabis se garantizaría la información, el etiquetado, las campañas de prevención y de control de calidad, además de que la industria contribuiría a las arcas públicas. Más País estima que se podría hacer aflorar tres mil millones de euros al año en impuestos, y calcula que 90.000 personas podrían comenzar a cotizar a la Seguridad Social, haciendo que sus empleados estuvieran regulados.
Otros grupos parlamentarios, Esquerra Republicana de Cataluña, Unidas Podemos y Ciudadanos, se han mostrado también a favor de la regularización de esta droga, algo que celebra Errejón, cuyo partido ya ha registrado una ley que será debatida en el pleno.
La propuesta de Más País plantea algunos límites a las cantidades que se pueden poseer, transportar y con las que comerciar. También apuesta por la autoproducción y el autoconsumo con energías limpias. Todo con un impuesto del 35%. Como con el tabaco, establecerían espacios libres de humo y elaborarían tareas de prevención para la infancia.
Sobre los riesgos para los menores y la asociación con el fracaso escolar, Íñigo Errejón insiste en que la solución no está en “hacer como si no existiera” algo que ya sucede y propone regulaciones que intenten evitar que los menores accedan a las drogas y promover campañas de prevención.
Propiedades terapéuticas
El número de consumidores de cannabis en España asciende a cerca de un 11% de la población de entre 15 y 65 años, casi tres millones de personas, según la última encuesta del Plan Nacional sobre Drogas. Con estas cifras sobre la mesa, Fidel Moreno, director de la revista Cáñamo, cree que “España llega tarde, pero más vale tarde que nunca”.
Moreno cree “escandaloso” que todavía no se haya aprobado ni siquiera su uso terapéutico, como ya ocurre en 40 países del mundo. La explicación a esto es, en palabras de Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Complutense de Madrid, “una mezcla de desconocimiento y resquemor por parte de los sectores más conservadores”.
Sus miedos, dice, están infundados con el conocimiento actual de una sustancia cuyas propiedades “son especialmente relevantes para paliar alguno de los síntomas más agresivos que sufren los pacientes oncológicos y los pacientes de diversas enfermedades neurológicas, incluido el dolor”.
Los enfermos crónicos se benefician enormemente de las propiedades del cannabis que ofrecen “una alternativa a muchas medicaciones cuando no funcionan o son altamente agresivas”, asegura el profesor. “Ofrece un alivio paliativo del dolor, de la rigidez muscular, de la pérdida de apetito, del insomnio, etc.”
Cualquier sustancia psicoactiva, reconoce, tiene algún riesgo de adicción, sin embargo, sus propiedades adictivas “son mucho más moderadas que las de otras sustancias que utilizamos habitualmente como psicofármacos, como pueden ser los opioides”, explica Manuel Guzmán.
Consumo extendido en Holanda y California
Existe una percepción errónea de que el cannabis está legalizado en Holanda, pero no es así. La venta de todas las drogas está totalmente prohibida, pero se aplica una política de tolerancia hacia las drogas blandas, la marihuana y el hachís. Se suele hacer la vista gorda cuando se posee un máximo cinco gramos de cannabis o cinco plantas de cáñamo, siempre que la persona sea mayor de 18 años.
El uso medicinal de la marihuana sí que está permitido en el país desde 2003, bajo la supervisión de la Oficina de Cannabis Medicinal, que es parte del Ministerio de Sanidad y vigila el suministro a las instituciones de investigación o a las farmacias que lo venden con receta.
La marihuana para uso recreativo y en pequeñas dosis se puede comprar en los llamados “coffee shops”, que son legales, pero no hay muchas reglas detalladas que definan cómo deben operar, ya que cultivar, producir y distribuir el cannabis es ilegal y sólo un número pequeño de empresas pueden plantar marihuana con objetivo medicinal.
Los “coffee shops” terminan comprando la mayor parte de su género en el mercado negro. La situación en el país está causando problemas de orden público, seguridad y de la lucha contra el crimen organizado. Hasta el punto de que las mafias tienen amenazado al primer ministro Mark Rutte y son habituales los tiroteos a plena luz del día en Ámsterdam.
En Estados Unidos, en territorios como California, el acceso al cannabis es relativamente fácil al margen del mercado negro, pero tampoco allí hay una regulación federal para todo el país. Los demócratas están impulsando desde hace unos meses una ley federal para que así sea. Han presentado un proyecto de ley por el cual los adultos mayores de 21 años podrán comprar y poseer unos 280 gramos sin enfrentarse a sanciones penales.
En total, 37 estados más la capital han regularizado la marihuana para uso medicinal y en 19 es también legal su uso recreativo. Los Estados ven también cada vez más los beneficios de los ingresos fiscales que obtienen de la venta regulada. El consumo legal de cannabis aumentó un 45% el año pasado y se espera que supere los 40 mil millones de dólares en ingresos para 2026.
Con la propuesta de ley a nivel federal no solo se busca regular la producción, la venta y el consumo, se busca también reparar el sistema de justicia penal.