Prostitución en España: "Un país lleno de clubes invita a creer que las mujeres están ahí porque quieren"

Madrid

La trata y la explotación de personas es uno de los negocios más lucrativos que existen en el mundo. Según estimaciones oficiales, en nuestro país mueve unos cinco millones de euros por día, y somete a miles de mujeres a la esclavitud. En Europa son 2.280 millones de dólares. Su estrecha relación con los procesos migratorios explica la importancia del problema en España, puerta de entrada a Europa y a la vez país de destino y de tránsito para las víctimas de trata. La Policía Nacional y Guardia Civil liberaron a 269 víctimas de trata de seres humanos para su explotación sexual o laboral en 2020. A esta cifra hay que añadir otras 963 víctimas rescatadas de establecimientos en los que eran sometidas a procesos de explotación sexual o laboral.

El fin de Cabeza de cerdo

Esta semana hemos abarcado la detención del proxeneta más buscado de Europa, Ioan Clamparu, también conocido como ‘Cabeza de cerdo’. Fue condenado hace diez años gracias a que este tipo de delitos ya se encontraban dentro del código penal. Peiró ha explicado más sobre él: “Se calcula que fueron unas 600 mujeres a las que prostituyó por la fuerza. Las traía desde Rumanía a Casa de Campo, en Madrid. Él mismo daba palizas, las obligaba a prostituirse hasta la extenuación, e incluso a una la obligó a abortar y a seguir prostituyéndose en un mismo día”.

¿Cómo se llega a obtener una organización de esta magnitud? Peiró ha dado algunas claves: “Se trata de chicas con pocos recursos a las que engañan con promesas de buscar un futuro mejor en otros países, con un trabajo legal, y al llegar aquí las obligan a prostituirse”. En muchos casos son los testimonios de las víctimas los que ayudan a perseguir y detener a los proxenetas. Ante el miedo a hablar, en este caso hubo una cooperación entre las fuerzas de seguridad del Estado y la ONGs para obtener la información necesaria para condenar a Clamparu.

Necesidad de una férrea legislación

Beatriz Sánchez, fiscal de la unidad de extranjería de la Fiscalía General del Estado, llevó este caso. Ha afirmado que con el caso de ‘Cabeza de cerdo’, hubo un antes y un después: “Nos enseñó que esto es un delito muy grave, que estaba asentado en España desde hacía años, pero que visibilizó una realidad que es la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual”. También ha añadido que no es necesario un sistema violento como el de este caso para que sea perseguido: “Tenemos que acostumbrarnos a que, cuando lo que hay detrás es una vulnerabilidad creada precisamente por el proceso migratorio, es suficiente para considerar que también existe esclavitud”.

Sánchez ha resaltado que la Fiscalía considera de máxima importancia la trata de seres humanos, por lo que hay fiscales especializados en estos casos en cada provincia. Aunque Clamparu fue detenido en 2003, no puedo ser condenado en aquel momento ante la falta de una legislación en la trata de seres humanos, pero más adelante fueron claves los testimonios de cinco mujeres. “Actualmente pretendemos realizar una investigación proactiva en la que el elenco probatorio no resida únicamente en la versión de las víctimas. Ellas ya han sufrido demasiado”.

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“Entendemos que debe haber una ley integral contra la trata, que se aborden los pilares básicos contra ella, que es la prevención. Un país y una sociedad se cambia con leyes”, ha confesado la fiscal, que además ha criticado que “un país que está lleno de clubes de alterne invita a lo largo y ancho del territorio nacional invita a creer que las mujeres que están ahí, lo están por voluntad propia”. También ha tenido un mensaje para los más jóvenes: “A un adolescente no puedes decirle que está contribuyendo a la esclavitud de una mujer cuando hay luces de neón que lo invitan día a día”.