Un empresario explica cómo es el turismo de lujo en Ibiza: "Me han dejado propinas de 2.000 euros"

Madrid

Ibiza es sinónimo de naturaleza, mar y fiesta. Pero también de lujo, tal como confirma Borja Campos, director de Top Ibiza VIP, una compañía dedicada a atender a clientes millonarios que quieren pasar las vacaciones en la isla balear. 

"La propina más alta que me han dejado ha sido de 2.000 euros", declara el director de la empresa, que asegura que llega a dormir con el teléfono pegado a la oreja para atender a sus clientes. "Son turistas que vienen a dejarse mucho dinero y a buscar lo que ofrece Ibiza. Variedad de ocio, gastronomía, playas, parajes... Nosotros le facilitamos todo", asegura Campos. 

Sin embargo, las elevadas propinas han de ganarse, tal como reconoce Campos. "Tuvimos, hace un par de años, la visita de una pareja que vino a la isla. La señora se dejó una de las cuatro maletas que traía y la quería inmediatamente. La quería para el día siguiente y nos pidió que nos encargásemos. Tuvimos que gestionar todo para que en cuestión de horas trajeran la maleta y, al día siguiente, a mediodía, ahí estaba", dice el director de la compañía, que tuvo que gestionar la llegada de la maleta a través de helicóptero. 

El cliente de la empresa que visita la isla suele hacerlo, incluso, en avión privado; y llegan a gastarse hasta 250.000 euros a la semana en lujosas villas. "Si son parejas o son pocos les alojamos en hoteles, pero si vienen con amigos y familia buscamos casas. El precio de las villas solo incluye eso: la villa. A eso se le suma algún día un viaje en barco", asegura. 

Campos afirma que a pesar del reclamo que supone la isla, este año se ha notado especialmente la caída de clientes tras los cierres del ocio nocturno. "Hemos notado que ha bajado el turismo de lujo. Estamos focalizados en el cliente al que le gusta el ocio nocturno y esos se han ido a otros mercados donde podían abrir las discotecas", declara. 

Los clientes que visitan la isla, asegura el director de la compañía, provienen especialmente de Europa, aunque también hay británicos, americanos, israelíes y hasta visitantes de Dubái. "Es gente de todo tipo que viene a buscar lo que la isla les ofrece. Es verdad que muchos vienen por el mercado del ocio nocturno, pero también hay familias que vienen buscando la tranquilidad que en otras partes no encuentran", afirma.