Paulino, capellán y amigo de Sandro Rosell: "Muchas veces me dijo que era inocente, no le creí casi ninguna"
Paulino y Sandro Rosell se conocieron en la cárcel del Soto del Real, durante la prisión preventiva del expresidente del Barça
"Sandro Rosell me daba un abrazo siempre que llegaba, igual que miles de internos", explica
Madrid
El padre Paulino, capellán de la Cárcel de Soto Del Real, va desde hace 23 años a hablar con los presos. Cuando Sandro Rosell estuvo en prisión preventiva durante casi dos años, mantuvo una buena relación de amistad con el expresidente azulgrana.
"Lo recuerdo porque fue como un interno más. A mí me dijeron que entraba el expresidente del Barcelona y yo lo vi como preso más porque parto de que todos los que llegan los veo como una persona, una persona que ha cometido un delito, que ha hecho algo, que no ha hecho nada, pero que está en la prisión y después Dios dirá lo que surja", comenzó a explicar.
"Me dijo: 'Cuando tenga el juicio voy a salir en libertad'"
"En ese momento nada, pero después de unos días hablamos, como hablo con todos y me acuerdo que me dijo 'Paulino, cuando tenga el juicio voy a salir en libertad', añadió.
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"Entonces pensé que eso no era así y después de dos años casi tuve que comprobar que era verdad. Somos buenos amigos y el por qué no lo sé. Lo he dicho y lo diré siempre. Yo no he hecho nada, nada distinto con él. Lo veo con todos. Quizás mi forma de ser, mi forma de actuar, mi forma de verles a ellos y tratar con ellos por el hecho que él me viera de una forma distinta. Nos metíamos con los del Madrid. De hecho yo lo puedo decir públicamente: las misas las empiezo siempre con el fútbol", explicó.
"Tengo un comedor social en el cual atendemos a 350 personas todos los días por la mañana, dándoles desayuno y bocadillo. Más tarde les damos una merienda y una vez a la semana entregamos a 40 familias un carro de alimentos y mi misión por la mañana es atender a esta gente. Por la tarde cojo el autobús a Soto del Real"
"Mañana podemos estar allí y seguiremos siendo personas"
Paulino también explicó qué le llevó a tratar con presos en cárceles. "Donde estoy con personas, no miro lo que han hecho. Yo no miro que han hecho, son personas, tú o yo. Mañana podemos estar allí y seguiremos siendo personas. Yo entré por entrar, porque me ofrecieron la plaza pensando estar unos meses y hubo algo que me enganchó", explicó.
"Me enganchó el ver que hay mucha gente que necesita una mano, una mano amiga para seguir caminando y para seguir luchando. Es verdad que allí lo tienen todo: una cama, tienen comida... Pero lo más importante es el cariño", añadió.
"Las cárceles están cada vez más lejos porque huelen mal, nadie les quiere"
"Son los grandes olvidados de esta sociedad, los basureros. Las cárceles están cada vez más lejos porque huelen mal, nadie les quiere. Con Sandro hablamos en el módulo, jamás me senté en un despacho... Yo llegaba al módulo donde él estaba y se acercaba y hablábamos de fútbol, de lo que fuera", explicó.
"Muchas veces cuando lo veía sin afeitar le decía: 'No te permito que esté sin afeitar, porque es signo de dejadez. Hay que sentirse bien y estar bien. Le molestaba mucho que le llamara la atención", afirmó. "Muchas veces me dijo que era inocente. No le creí casi ninguna. Soy sincero, es mi amigo y lo digo así. Es lo que escucha siempre", añadió.
"Me importa un pepino la pandemia, necesito un abrazo tuyo'"
Paulino explicó que uno de los factores más importantes para los presos era la falta de cariño dentro de la cárcel. "Vas a Soto del Real y lo más bonito de los internos es que quieren un abrazo. Sandro Rosell me daba un abrazo siempre que llegaba, igual que miles de internos. Me parece difícil pensar que una persona como Sandro puede pedir un abrazo. Dentro de la prisión, el cariño falta y alguien que te dé un abrazo para él es mucho", explicó.
"Cuando llegué después del confinamiento les decía a todos 'nada de abrazos' y se me acerca y dice 'me importa un pepino la pandemia, necesito un abrazo tuyo'", relató.
Respecto al libro de Sandro Rosell, cuyos beneficios irán a la Fundación de Paulino y los presos del Soto del Real, Paulino dijo que: "Él tenía un diario e iba escribiendo lo que le pasaba Y llegó un momento cuando me dijo que iba a escribir un libro y que los beneficios iban para la Fundación, para atender a los internos de Soto del Real".
"En la cárcel hay grandes personas fue por lo que sea. Ha cometido un fallo. Están ahí o por lo que sea. Les han acusado de algo y están ahí. Pero hay muchas grandes personas", concluyó.