Abril Zamora: "No es importante que el personaje sea trans, sí que la creadora sea trans y se hable de ello"
HBO Max estrena 'Todo lo otro', el proyecto más personal de la creadora Abril Zamora, una dramedia sobre las frustraciones de un grupo de treintañeros
Madrid
Las desordenadas vidas de los jóvenes siempre son un foco creativo para los creadores. El desamor, las relaciones y la inestabilidad son el centro de muchas ficciones y los principales temas sobre los que reflexiona Todo lo otro. La serie española es uno de los principales estrenos de HBO Max en su aterrizaje en España. Abril Zamora es la creadora y directora de esta dramedia sobre las frustraciones de un grupo de amigos que vive sus relaciones intensamente.
Eres actriz, guionista y directora. Has participado en series como Vis a vis, El desorden que dejas o en películas como La vida por delante con Sofía Loren. Además, cocreadora de la serie Señoras del h(AMPA) y firmas guiones de Élite. La intriga cuando hablamos de showrunner es si controlas todo el proceso creativo lidiando con recursos, capacidades… ¿Te ha pasado tener que dar el paso desde la serie que tenías en la cabeza a la que te dejan hacer?
Me gusta tenerlo todo bajo control, yo soy la directora pesada que está encima de todos los departamentos. Me gusta poder firmar todo lo que hago, dar la cara y defenderlo todo con orgullo. Estoy muy encima del proyecto y me han dado mucha libertad. No he visto ningún señor con corbata, que me daba pánico, porque es una serie tan personal y llegamos a lugares tan macarras en algunos momentos… Para mí era muy importante que me respetaran el casting, y me daba pánico encontrarme un señor con corbata que me dijera: ‘Esto no lo puedes hacer, tía’.
Hay mucho de ti misma en esta serie. Hay algo de reírse de una misma, pero también de esa intensidad de la generación de las treintañeras.
Yo me río mucho de mí misma, he tardado en aprender pero ahora no concibo la vida sin hacerlo. Creo que es guay que los demás se rían de ti también si lo hacen con cariño. Reírse normaliza. El humor no tiene que tener límites en cuanto a de lo que te puedes reír y es discriminatorio que te rías de algo y de lo otro no porque es un tema demasiado complicado. Soy una persona muy intensa, vivo intensamente mis relaciones personales y vivo emocionalmente como si fuera una adolescente, y si no te ríes, es inevitable que acabes totalmente hundida.
La serie tiene ese poso dramático de la situación de los jóvenes, con una situación laboral complicada, la precariedad, la inestabilidad, esa sensación de estar en un sitio equivocado…
Creo que la serie puede llegar a cualquier persona de cualquier edad porque hablamos de temas muy universales como son la frustración, la ansiedad o la necesidad de encajar en un lugar. El amor no correspondido, que es mucho más normal que el amor romántico… Es muy fácil empatizar con la circunstancia complicada que tienen los personajes, porque aunque en muchos momentos te sientes bien, en gran parte de ellos te sientes mal o no satisfecha con tu trabajo aunque sea por el que has estado peleando siempre. Yo soy directora y estoy en un momento muy positivo de mi carrera pero me puedo sentir exactamente igual que un camarero que cobra en B porque lo he hecho en mi vida y sé cuál es la sensación de no estar en el lugar adecuado. Tiene que ver con la saboteadora interna que te está machacando todo el día.
En su momento, se habló de Girls como una serie generacional. ¿Podríamos pecar en presentar esta serie como un retrato de una adolescencia tardía?
No creo que sea un retrato generacional. He cogido cinco personajes concretos que, es cierto, tienen una edad parecida, pero no he intentado representar a una generación concreta. Yo no me identifico con Girls, me gusta como serie pero no me tomaría una cerveza con ninguna de ellas. Creo que es un poco nicho hablar de una serie generacional. Hablo de muchas otras cosas que creo que no se han visto en otras series centradas en los 30.
A la hora de escribir sobre el amor y el sexo, ¿hay que desmontar mucho de lo que se ha hecho en el imaginario de la comedia romántica?
Los clichés están para romperlos, sobre todo cuando no son al 100% ciertos. El mundo en el que estamos no se parece mucho al que podemos ver en algunas series. Esta serie habla de gente que sale entre semana y toma MDMA, y folla con personas que no son las adecuadas, y luego se frustra por este hecho… Creo que son cosas que no estamos acostumbrados a ver y que sería interesante desaprender sobre los arquetipos, podemos enseñar personajes más ricos con los que podamos empatizar. Desde que llegaron las plataformas, se nos ha dado a los autores mucha más libertad para crear, y es importante que rompamos esos patrones, sobre todo con los personajes femeninos, porque ha llegado un momento en el que estamos muy cansados de ver siempre los mismos tipos y es muy alentador cuando ves otro tipo de personajes.
Vivimos en un debate intenso sobre si el amor es o no revolucionario, sobre las estructuras de la familia tradicional y su ruptura… ¿Hasta qué punto seguimos manteniendo el amor romántico o se imponen las relaciones que no duran y son más líquidas?
Cada uno puede vivir el amor como le dé la gana y puede creer en lo que quiera siempre que lo haga con respeto. Yo soy una persona clásica, a lo mejor por la educación que he recibido, y creo en la fidelidad y en hacer equipo. Tenemos muy poca paciencia, y cuando pasas de según qué edad que ya tienes una mochila muy cargada, no toleramos nada, y las cosas hay que hablarlas porque puedes perderte la gran oportunidad de tu vida por decir ‘es que soy así’. Eso es una estupidez, si eres así ve a un psicólogo y no seas así.
Hay algo rompedor en ‘Todo lo otro’, y es el hecho de que la protagonista sea una mujer trans como un rasgo más de ella, como que es alta o rubia. ¿Cómo escribes un personaje así y cuál es el objetivo?
Yo no me planteo hacer una ficción con un personaje trans, sino que es un personaje que creo para mí, entonces podría haber escrito un personaje que fuera cis y haberlo interpretado yo. Pero creo que es importante enseñar historias con personajes LGTBI que estén lejos de las tramas LGTBI. Es el siguiente paso, normaliza mucho, y si decimos que la televisión es educación, ver un personaje como el mío normalizada en su trabajo y con sus amigos, la gente lo va a recibir como algo muy positivo. Lo escribo muy desde mí, pero no me planteo más que contar un personaje con todas sus aristas y la serie no se centra en eso en absoluto. Se menciona en algunos momentos porque aún hay mucho trabajo que hacer en torno a la transexualidad, pero es un dato nada relevante. Me hubiera parecido aburrido como creadora centrarme en ese tema que ya está demasiado manido y ya no es tan necesario.
Tú has roto moldes porque eres la primera mujer trans que dirige una serie, y esto es importante de cara a crear referentes. ¿Te has parado a pensar en tu papel y tu responsabilidad al respecto?
Me da pereza el concepto referente, porque me gusta vivir mi vida como me da la gana y me da miedo estar en un escaparate. Es importante que se me vea en eventos y que no se me vea siempre hablando de transexualidad, porque creo que es más integrador cuando se me ve tan solo para hablar de trabajo. También es necesario que se vean directoras cis para que una niña en su casa pueda saber que puede hacer lo que quiera. Lamentablemente en España no hay muchos referentes trans en ningún sector. Cuando alguien te dice ‘me daba miedo porque asociada ser trans con un concepto asociado con la sordidez’ me hace ilusión y creo que estoy en el camino correcto. No es importante que el personaje sea trans, pero sí que la creadora sea trans y que se hable de ello.
¿Sientes que estamos en una situación de peligro, que se están dando pasos atrás en el respeto al colectivo?
Es una situación complicada y ahora está saltando muy a la palestra todo esto porque no podemos mirar a otro lado. Cada vez más tenemos más miedo de ir a la calle y de mostrarnos como somos a los demás porque desde que han salido partidos políticos de extrema derecha, mucha gente que estaba silenciada está saliendo y se están cogiendo lo que creen que es justicia por su mano. Parece mentira que en el año 2021 tengamos que luchar por algo que debería estar en el sentido común de todo el mundo que es el amor y la identidad, algo que no afecta absolutamente a nadie. Da bastante miedo y se percibe en las calles constantemente. Aunque siempre han pasado estas cosas me parece guay que pongamos el ojo en ellas para solucionarlas.
Eres muy clásica en el amor, pero has tenido poliamor en las plataformas. Has sido chica Netflix, ahora estás en HBO Max… ¿Hasta qué punto las plataformas han favorecido la diversidad?
Cuando yo era pequeña y empecé a ver series y vi A dos metros bajo tierra, HBO era mi plataforma favorita y tenía muchas ganas de trabajar aquí. En Netflix también me han dado muchas oportunidades en mi carrera y he estado muy cómoda. La libertad que he tenido trabajando en Todo lo otro no la he tenido nunca en otra plataforma, pero creo que ni ellos mismos han trabajado así. Me parece una declaración de intenciones de HBO Max para desembarcar en España porque habla de diversidad y de muchas cosas importantes para mí. Las cadenas generalistas eran mucho más clásicas en su contenido, pero también es porque estás buscando la publicidad y quieres llegar a todo tipo de públicos.
En la serie introduces una voz en off que va comentando ciertas escenas. ¿Representa esa voz que dices que oyes en tu interior y te boicotea?
Yo tengo una voz dentro de mi cabeza que todo el rato que me sabotea, y creo que todo el mundo lidia con eso constantemente. Como los personajes manipulan mucho lo que están proyectando frente a los demás, me parecía necesario para el espectador que se supiera lo que estaban pensando en cada momento, y además acercaba a la comedia y hacía que no fuera solo una serie naturalista de gente que habla en interiores. Es una voz muy machacona y muy divertida que representa muy bien las voces que tenemos en nuestra cabeza.
¿Qué referentes has tenido como creadora en el mundo de las series?
No tengo un referente concreto en lo audiovisual, pero quería hacer eso que siempre he visto en muchas series de fuera, aquellas en las que se respeta mucho el tono. En España nos ha dado siempre un poco de miedo arriesgar en el tono, en el tempo. Son referentes A dos metros bajo tierra, Transparent, una serie verbalmente muy sucia, Girls, Fleabag… No soy una gran fan de la última etapa de Almodóvar, pero me ha enriquecido mucho artísticamente desde pequeña y su influencia está en algún lugar.