El derecho a contagiar

Madrid

El derecho a contagiar. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, uno de sus vencedores, Winston Churchill, puso en circulación el concepto de Telón de Acero, una frontera imaginaria que separaba política, ideológica y también físicamente al este del oeste de Europa. El telón de acero cayó con el muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética. Ahora está emergiendo en Europa otro Telón de Acero. El que distancia a los países que más o menos parecen tener controlada la pandemia de COVID y los que no. Estos últimos están, con excepciones, en el centro y en el este de nuestro continente. Hay tres tipos de razones que lo explican. La fundamental, el negacionismo. Hay más de 80 millones de europeos en edad de vacunación que siguen sin hacerlo, uno de cada cinco personas. España es ejemplar en esto y están vacunados casi nueve de cada diez ciudadanos. La segunda razón es el decaimiento de las medidas de precaución, como las mascarillas, el gel o las distancias de seguridad. Y la tercera, la aparición de nuevas mutaciones del virus, algunas muy contagiosas. Por cierto, ¿existe el derecho a contagiar?