Educación Física de antes y después. ¿Cómo mejoramos una asignatura clave para la salud de los niños?
"Uno de los objetivos principales de la asignatura es dotar al alumnado de herramientas para mejorar su salud. No mirar que alumnos rinden más en determinadas pruebas", Jorge García Bastida, doctor en Alto Rendimiento, profesor de la UNIR y del INEFC
"Los docentes tenemos una gran responsabilidad. Nos jugamos mucho, la adherencia al ejercicio y sus beneficios en la edad adulta", Carles González, profesor del departamento de Educación Física del INEFC de Barcelona
Valencia
La Educación Física no es gimnasia, es más que una asignatura porque lleva de la mano una palabra: prevención. ¿Podemos mejorarla? Si practicamos ejercicio durante nuestra infancia y adolescencia y nos divertimos con él, mantendremos ese hábito durante toda nuestra vida. Eso se traducirá en una sociedad más sana y feliz, pero también un menor coste para el sistema sanitario.
Pruebas físicas, a examen
Las pruebas físicas como el test de Cooper se realizan en muchos centros educativos. "Uno de los objetivos principales de la asignatura es dotar al alumnado de herramientas para mejorar su salud, no mirar qué alumnos rinden más en pruebas. Además, no hay tiempo material para entrenar, y aunque lo hubiera hay cosas más importantes", señala el doctor en Alto Rendimiento, profesor de la UNIR y del INEFC, Jorge García Bastida.
"Uso las pruebas físicas, pero no las utilizo para calificar. No dan una nota, sirven para ver cómo están las capacidades de los alumnos inicialmente o si han mejorado tras una unidad didáctica", declara Rubén Sanchis, profesor de Educación Fisica de secundaria y bachiller de València. "Apuesto por una educación para la salud, no para el rendimiento, de ahí la importancia de la tercera hora", destaca el docente.
"La intención es buena, pero la herramienta, creo que es innecesaria. No le termino de ver la funcionalidad", subraya Carles González, profesor del departamento de Educación Física del INEFC de Barcelona. "Sería partidario de proponer al alumnado situaciones cercanas a su realidad, al contexto en el que se mueve en su día a día, alejado del rendimiento, para que tenga los fundamentos de una educación física, para tener aprendizajes en su vida cotidiana para mantenerse en forma. Tenemos una gran responsabilidad con la Educación Física. Nos jugamos mucho, la adherencia al ejercicio y sus beneficios en la edad adulta", admite el investigador especializado en la materia.
Otras opciones
Siete de cada diez niñas no llega a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre ejercicio físico. Un porcentaje menor de niños (56,3%) no realiza una hora diaria de actividad física moderada a vigorosa. "Nadie en edad adulta, salvo que en un momento dado opte a unas pruebas físicas (donde se selecciona a un grupo y se elimina a otro) hará este tipo de test a lo largo de su vida. Por tanto, es mejor enseñar tests o métodos (como la recuperación de pulsaciones) que sí se vayan a hacer en edad adulta y donde se incluya una parte de control motor", propone García Bastida.
En salud y la práctica del ejercicio lo más importante "es el control motor o ser capaz de realizar una correcta ejecución técnica", señala Bastida. "Si vemos a la gente por la calle corriendo son muy pocos los que lo hacen de manera correcta. Buscamos medir los caballos del motor cuando el resto de partes del vehículo no están en condiciones. Eso es lo que sucede muchas veces con las pruebas físicas que se piden a los alumnos en los centros escolares", añade el experto.
SER Saludable - Capítulo 138
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