A vivir que son dos díasUniverso Andújar
Opinión
Opinión

Mi padre contra las variantes

"Algunos científicos opinan sobre las variantes lo mismo que decía mi padre de aquellas quinielas: que eran más flojillas. A saber. Habrá que esperar a que la pandemia llegue a su domingo por la noche, lo malo es que aún no sabemos si estamos en martes o en jueves"

Mi padre contra las variantes

Mi padre contra las variantes

03:08

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1638604086381/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Barcelona

Cuando rellenaba quinielas con mi padre, lo que más detestaba el hombre eran las variantes. Pero yo tocaba de oído, y le iba diciendo uno, equis, dos, en función de los nombres de los equipos. Era como en las luchas de superhéroes. Si se enfrenta Hércules de Alicante contra Calvo Sotelo, ¿con quién vas a ir? Pues con Hércules. De los superpoderes de Calvo Sotelo, no estaba muy al corriente. Entonces sólo se trataba del nombre de una plaza en los barrios altos de Barcelona. Bueno, y de un equipo de fútbol de Puertollano, provincia de Ciudad Real. De esta manera, descubrí que todo lo que no era 1 se consideraba variante, es decir, heterodoxia. Eso significaba que apartarse de la unidad abocaba a la proscripción, y que nunca te ibas a hacer rico por ese camino. O todo lo contrario, una quiniela llena de variantes podía convertirse en el gran pelotazo, nunca mejor dicho. No sé si el coronavirus adopta ahora tantas variantes en busca de su pelotazo definitivo. Algunos científicos opinan sobre las variantes lo mismo que decía mi padre de aquellas quinielas: que eran más flojillas. A saber. Habrá que esperar a que la pandemia llegue a su domingo por la noche, lo malo es que aún no sabemos si estamos en martes o en jueves. Para contrarrestar mi inclinación a darle la victoria al Baracaldo sobre el Barcelona en el Nou Camp, una tarde apareció mi padre con una peonza metálica que cuando se paraba mostraba el resultado a marcar en la quiniela. Ahí fue cuando descubrí que, comparado con el azar, yo era un científico. El azar evitaba las variantes, pero sin argumento ninguno. A mí me guiaba el nombre de las cosas. Lo que pasa es que nunca las cosas están a la altura de su nombre. Por ejemplo, a este virus lo llamamos Covid-19 y estamos ya casi en el 22.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00