El teletrabajo que sí se queda: ¿el fracaso de la profecía?

Madrid

Antes del impacto de la pandemia, el porcentaje de trabajadores por cuenta ajena que teletrabajaba en España apenas llegaba al 4%, una situación a la que todos los empleados que pudieron seguir desempeñando su actividad habitual, tuvieron que habituarse a marchas forzadas en apenas unos días. Con la relajación de las medidas restrictivas, sin embargo, esta situación volvió a dar marcha atrás, en el tercer trimestre todavía un 10% de los asalariados –1,7 millones de personas– continuaban teletrabajando, según los cálculos del último informe de Comisiones Obreras, que apunta que dos tercios de las personas que teletrabajan lo hacen habitualmente, mientras que el tercio restante lo hace de forma ocasional y que el grueso de la población que trabaja a distancia (un 60%) se encuentra en una edad comprendida entre 35 y 64 años. Sin embargo, esta cifra es ya muy inferior a la que se registró durante la pandemia, cuando los distintos líderes políticos daban por hecho que "el teletrabajo había llegado para quedar": entonces, un 17% de los asalariados trabajaba a distancia.

"Creo que lo más relevante es que el teletrabajo sigue siendo una realidad en nuestro mercado de trabajo y que muchos trabajadores, tanto por cuenta propia como por cuenta ajena, continuamos realizando nuestras tareas en base a esta forma de trabajar" apunta en Hora 25 de los Negocios el Secretario de Estudios y Formación Sindical de CCOO, y autor del informe, Carlos Gutiérrez.

Un incremento de seis puntos porcentuales que tampoco ha logrado equiparar al España al resto de la Unión Europea. Pese a que se ha acortado la brecha, frente al 10% de los empleados españoles que pueden trabajar a distancia, ese porcentaje se eleva al 18% entre los países miembros de la Unión y al 20% en el caso de la eurozona.

 "A nuestro juicio hay dos factores que son fundamentales para explicar esta cuestión. Uno es el de la estructura productiva, quizá tenemos el peso de algunas ramas de actividad que la tarea que se realiza no es susceptible de teletrabajar. Esto esto puede incidir en ese gap de los niveles de teletrabajo de España respecto a la Unión Europea, pero otro de los elementos que yo creo que es fundamental tiene que ver con la gestión de las propias empresas: creemos que hay una gestión en España instalada y muy extendida que está basada en el presentismo y está basada en la desconfianza hacia los trabajadores" defiende Gutiérrez.