Benito Zambrano: Pan, jamón y semillas de amapola

Madrid

Benito Zambrano nos recibe en su piso, junto a la Plaza de Lavapiés en Madrid. Pero nunca deja de soltar amarras con su Sevilla natal. Bueno quien dice Sevilla dice Lebrija que es su pueblo. Sigue en cartelera su última película "Pan de limón con semillas de amapola", basada en la novela de Cristina Campos. Una historia de mujeres y es a "su tribu de mujeres" a quien se la dedica. Esas mujeres van desde las mujeres de su familia, que lo criaron y le acompañan durante toda su vida, a las compañeras de la Escuela de dirección de Cine de San Antonio Baños en Cuba "y que están por todo el mundo, porque había gente de muchos países" . Benito es uno de esos directores, uno de esos intelectuales, comprometidos. Alguien podría decir que es un "peligroso podemita" y él argumenta que siempre se ha dicho que el mundo de la cultura es de izquierdas y eso es verdad en tanto que "la cultura tiene que ir por delante de la sociedad, si no para qué sirve". Otra de las reflexiones que compartimos con él es sobre las plataformas audiovisuales, que como director de cine recibe como buena noticia "para un director de cine, que tu película se estrene simultáneamente en todo el mundo es una buena noticia, porque lo que queremos es contar historias. El tema está en quién tiene el control de todo eso, ese control no está en España, ni siquiera en Europa. Esa es la cuestión, quién controla eso".

A pesar de que le llevamos un pan de limón con semillas de amapola, Benito opta por su desayuno habitual que es una tostada con aceite de oliva y jamoncito bueno. Y donde esté eso... No hay bizcocho que valga.