Petra Martínez: "Es terrible lo que ha pasado con mujeres de mi edad a nivel sexual"
La actriz, nominada por primera vez al Goya, estrena 'La vida era eso', el viaje de autodescubrimiento de una mujer de la posguerra que emigró a Bélgica. Un precioso trabajo lleno de sensibilidad y espiritualidad con el que aprovechamos para repasar su vida y trayectoria
Madrid
Habla Petra Martínez con la templanza de quien cree que todo en su vida ha sido accidental salvo la familia y el teatro. Como actriz, arrastra el síndrome de la impostora y de la titiritera, piensa que en cualquier momento le van a coger las vueltas. El teatro independiente ha sido su escuela, el cine y la televisión han ido llamando de forma intermitente a su puerta y ella, confiesa, ha dicho ‘no’ a pocas cosas. “Yo me divierto tanto interpretando, me lo paso tan bien, pero no es mi vida. Mi vida es mi compañero, mis nietos, mi casa, ver una serie de narcos o leer novelas, mi vida es eso. Esto tampoco lo puedo llamar trabajo. Muchas veces tengo la sensación de que va a venir alguien y me va a decir: Petra, ya está bien, ahora a trabajar. Me resulta tan difícil pensar que llevo 52 años viviendo de esto, haciendo un poco lo que me da la gana en el teatro y lo que me han ofrecido en cine. En inglés es jugar, to play, y a mí me gusta mucho jugar, me lo paso muy bien”.
Ahora vive un momento mágico. Su mirada se vuelve brillante cada vez que explica la experiencia que ha supuesto ‘La vida era eso’, película de David Martín de los Santos por la que ha conseguido su primera nominación al Goya a los 77 años. “Yo nunca pienso si me dan o no papeles, pero sí reconozco que hay una edad muy jorobada, las mujeres de 50 o 60. En televisión veo a chicas jovencísimas haciendo papeles de mujeres de cuarentena y muchos años, y veo a actrices buenísimas de 40 que no lo hacen o dicen que hay poco trabajo. Para la gente de mi edad hay pocos papeles”, explica sin pesimismo, pues percibe un cambio esperanzador en la nueva generación de cineastas que se abre paso en España.
En los años 70 debutó en el cine con un par de pequeños papeles, pero acostumbrada a los escenarios, a Petra Martínez no le gustó tener que estar pendiente de marcas y señales para las tomas de cámara. Desde su juventud, había formado parte de varias colectivos teatrales que, en plena dictadura, lograban sacar adelante algunas representaciones. “Yo he sido siempre hippie y he tenido la suerte de hacer teatro independiente, de moverme en un ambiente muy liberal. He vivido en la época que ya llamaban 'dictablanda', que la cosa estaba mejorando entre comillas, y luego viví entrar en la democracia”. Con la caída del régimen franquista, la nueva televisión también se interesó por ella para entrar a miles de hogares con una de la series infantiles más icónicas. “La gente tampoco se acuerda de ti si no haces algo para que se acuerden, por eso dejé de lado el cine. En televisión hice algún Estudio 1 y trabajé en 'Barrio Sésamo' con la Gallina Caponata y Pérez Gil. Allí me divertí mucho porque era muy espontáneo, iba con la ropa con la que iba por la calle, no me maquillaban, no me peinaban. Cuando terminó eso, cogimos una sala en Vallecas y yo ya dejé de pensar en el cine”, recuerda.
Todo cambió en los años 90 cuando emergían nuevas voces que cambiarían la industria, como Alejandro Amenábar y Mateo Gil. “Fue Mateo quien me llamó para hacer un corto, 'Allanamiento de morada'. Yo le dije que lo de las señales del cine no me gustaba y entonces me dijo que iba a estar sentada todo el tiempo. El corto gustó mucho pero yo no tenía la idea cuando me daban un papel de pensar en la proyección que iba a tener, no tenía esa sensación porque tenía el teatro y también la televisión. Luego he tenido la suerte de hacer películas que me han gustado mucho con Miguel Albadalejo y con Jaime Rosales, los dos hicieron algo que no era normal, coger a una actriz que solo era conocida en sectores reducidos y darle un protagonista. Y ahora ha llegado David Martín de los Santos y me ha dado este. Qué suerte he tenido”, celebra haciendo memoria de su trayectoria, que incluye títulos como ‘La mala educación’, ‘La noche de los girasoles’, ‘La soledad’ y ‘Petra’.
En ‘La vida era eso’ interpreta a una española afincada en Bélgica que, tras un encuentro en un hospital con una joven a la que da vida Anna Castillo, emprende un viaje de autodescubrimiento. Un encuentro entre dos generaciones de mujeres, las que emigraron en la posguerra y las jóvenes que tras la crisis de 2008 y en pleno 15-M salieron a buscar oportunidades por Europa. “He viajado mucho por toda Europa en los años 70 y he visto la emigración económica y también el exilio. Hacía teatro e iba a centros democráticos y he conocido a mucha gente en esa situación. Yo lo que noto con la emigración de la posguera es que eran matrimonios que iban para mejorar su vida porque en España no podían y las mujeres, algunas trabajaban y otras, no. Las que no trabajaban era más difícil, por el idioma, por no tener amigos, estas mujeres han estado muy solas. El personaje de la película está sola, incluso con marido e hijos ya independientes, y con el personaje de Anna Castillo encuentra algo que le da vida para hacer algo que no es para ella pero que le cambia la vida interior”, describe de esta aventura íntima y espiritual con la que confiesa ha conectado desde la distancia.
Los bolos por Europa y América con los grupos teatrales le abrieron a Petra Martínez un mundo que muchas mujeres de su generación no han conocido. En lo político, en lo cultural y también en la propia emancipación social de los vestigios de la dictadura. “Para mí, las mujeres de mi generación hemos sido las que hemos intentado, bien, mal o regular, tirar para adelante, ser feministas sin saberlo, pero ha sido una lucha muy fuerte. Es tan difícil hablar de feminismo y machismo cuando estamos tan metidos a nivel de lenguaje, a nivel de acción. Yo soy machista, no quiero decir que no, lo que pasa es que lucho a diario por dejar de serlo cada vez más”.
David Martín de los Santos plasma con delicadeza y sutileza, con miradas, silencios y gestos más que con palabras, el camino revelador que el personaje de Petra Martínez toma para encontrarse consigo misma, para mirarse como nunca lo había hecho tras años de soledad y desarraigo. Y entre sus descubrimientos, están el erotismo y el placer sexual que le fue ‘arrebatado’ por la represión emocional del nacionalcatolicismo. “Es terrible lo que ha pasado con mujeres de mi edad a nivel sexual. La palabra masturbación no se usaba, se creía que era para chiquitos jóvenes y hombres, no estaba en la cabeza de nosotras que podíamos masturbarnos o disfrutar mucho. No sé cómo se puede resarcir eso porque es imposible, es una parte tan importante de la vida de la que no han podido disfrutar que muchas veces pienso, qué pena que por cosas políticas no hayan podido expandirse de muchas formas”, concluye la actriz. Tras presentarse el año pasado en el Festival de Sevilla, ‘La vida era eso’ ha sido exhibida en numerosos festivales y ahora al fin llega a los cines con el aliciente de las nominaciones de Petra Martínez a mejor actriz protagonista y la del autor a mejor dirección novel.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...