'Spider-Man: No Way Home', emoción y diversión en el multiverso
Tom Holland y Zendaya, pareja de moda del nuevo Hollywood, cierran la trilogía de Jon Watts con una aventura nostálgica llena de sorpresas
'Spider-Man: No Way Home', emoción y diversión por el multiverso
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Madrid
Spider-Man siempre ha sido el amigo, el vecino, el sobrino, el superhéroe mundano y de clase obrera con preocupaciones adolescentes. John Watts ha sabido captar a la perfección ese espíritu de los cómics originales en su trilogía. Las relaciones de instituto, la familia y el amor han tenido tanto o más peso que las batallas con los villanos en sus películas. Y el mejor aliado en esa tarea ha sido Tom Holland. El actor británico, que se dio a conocer con ‘Lo imposible’ de Bayona, también ha ido creciendo en pantalla con cada entrega y ahora, en ‘No Way Home’, se enfrenta a un escenario inédito que le obliga a madurar. Tras el final de la segunda parte, ‘Lejos de casa’, donde era revelada su identidad, el joven tiene que lidiar con la exposición pública, la persecución mediática, -también con las fake news- y con los efectos colaterales de la fama en su vida personal, algo que también ha tenido que gestionar el propio intérprete.
Ese es el punto de partida de esta esperada tercera entrega, de la que os contamos las claves sin ningún espóiler. Peter Parker, nuestro superhéroe humilde e ingenuo, anda preocupado por no entrar a la universidad y recurre a Doctor Strange, al que da vida el actor Benedict Cumberbatch, para intentar que todo el mundo, o casi todo, olvide quién es. Y obviamente, el plan, hechizo o conjuro no sale cómo esperan. Ahí entra en escena el cacareado multiverso de la nueva fase de Marvel, que básicamente es meter a Tom Holland en el Ministerio del Tiempo y ofrecerle la tentación no solo de borrar parte del pasado, sino de modificar ciertas acciones siempre en pos del bien común.
La película dialoga con el pasado y trae de vuelta a algunos conocidos de anteriores trilogías - esto no es espóiler, está en el tráiler- como los personajes de Jaime Foxx, William Dafoe y Alfred Molina. Ese es el conflicto dramático para la acción, cómo lidiar con el pasado, y Spider-Man sabe hacerlo con sus mejores armas, humor, emoción y nostalgia para todos sus fans.
La cinta es a veces caótica y confusa para los no iniciados, incluso contradictoria en su discurso, pero sirve un espectáculo en el que hay tragedia, pasión y amor, todo a lo que Peter Parker se enfrenta y asume en este tránsito a las obligaciones del supérheroe adulto sin dejar de ser un chaval. Es inevitablemente tierna pero a la vez la entrega con una violencia más explícita. Sobre la mesa están temas como la venganza, la rabia y la ira del dolor frente al deber y los sacrificios de un héroe clásico que atraiga a todos los públicos. Para ese dilema, Tom Holland luce músculos y se va desprendiendo de la fachada de niño en las escenas de acción.
‘Spider-Man: No Way Home’ no busca lo que otras películas de superhéroes. No es épica, solemne ni grandilocuente pese a su trepidante clímax. Es nostálgica, emocionante y divertida, un entretenimiento lleno de sorpresas que confirma, por si había dudas, que sus dos protagonistas, Tom Holland y Zendaya, son las estrellas del nuevo Hollywood.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...