Ómicron, imprudentes y peligrosos
A Ayuso solo le importa la posibilidad de beberse una cerveza. Pan y circo, como en la Roma imperial decadente. Su filosofía no es libertad o muerte: es desorden y contagio

Ómicron, imprudentes y peligrosos
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Madrid
La variante ómicron del COVID-19 se dispara. Se propaga como un rayo. En Madrid supone ya el 60% de los infectados. Los ambulatorios están saturados. Y cunde otra vez el temor por la capacidad de los hospitales. Las autoridades sanitarias internacionales y europeas llaman a la alarma. Insisten en evitar los contactos sociales. En la España confiada por su buen nivel de vacunación, los gobiernos autonómicos no quieren arrastrar el coste -familiar y comercial- de obstaculizar las Navidades. Solo emiten recomendaciones suaves. Quizá pecan de imprudencia. Esta imprudencia raya en lo peligroso en el caso del Madrid de Díaz Ayuso. A la recomendación del PP de evitar e incluso suspender las celebraciones, Ayuso se opuso: "No hay motivos para estar cancelando ni comidas ni celebraciones", esgrimió. Prometió ayuda a la gente, como la total disponibilidad de test de antígenos para proteger a familiares y vecinos. En la mayoría de farmacias no disponen ni de uno. El personal peregrina hasta Castilla-León para encontrarlos. La promesa es como aquella de las mascarillas y el avión chino: llegaron a procesión disuelta. A Ayuso solo le importa la posibilidad de beberse una cerveza. Pan y circo, como en la Roma imperial decadente. Su filosofía no es libertad o muerte: es desorden y contagio.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




