"He llegado a hacerlo en casa por la noche": el grito desesperado de los médicos de familia que lo dejan
La sobrecarga de trabajo y la falta de personal en atención primaria han provocado unos niveles de frustración, ansiedad y abandono en los médicos de familia como nunca antes habíamos visto en España. En 'La Ventana' hablamos con Sandra Estévez, Iria Fernández y Jesús Ángel Naudín, médicos de familia, sobre la situación límite que vive su especialidad.
Madrid
Hace unos meses al gabinete de la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, le llegó una carta que decía: "Teníamos una atención primaria universal que, de facto, ya no lo es. Los países con los sistemas de salud más potentes los construyen sobre una base sólida en la atención primaria, que debe ser universal, accesible y de calidad. Pero cuando la lista de espera para visitar a tu médica de familia es de tres o cuatro semanas, la única forma de obtener accesibilidad es pagándola. Así, las mutuas privadas proliferan, mientras muchas personas quedan excluidas de una atención accesible de calidad, que debería ser un derecho fundamental".
Esta carta, a la desesperada, la firmaba la médico de familia Sandra Estévez, que dejó su trabajo porque no podía más. " Yo cuando lo dejé estaba cansada, como cualquier sanitario después de 7 meses de pandemia, pero no era consciente de la factura emocional. La pandemia lo ha empeorado todo, pero llevábamos diez años en los que la infrafinanciación de la atención primaria se había convertido en algo crónico. Tú puedes sacrificar tu vida personal pensando en el paciente que es nuestra razón de ser, pero todo tiene un límite, la salud física y mental de los médicos tiene límite y se ha estado forzando demasiado durante demasiado tiempo", describe.
Iria Fernández, médico de familia en Galicia, también decidió en octubre no renovar su contrato. Exhausta, pero sobre todo sin esperanza en que la situación mejorase. "Llevábamos estos dos últimos años con una sobrecarga de trabajo surrealista. Si viésemos que el asunto tuviese pinta de mejorar, pues te lo podrías pensar, pero después de dos años, de cinco olas seguidas, es difícil. La norma era no bajar de 40, 50 pacientes diarios, si prolongabas jornada 60 o 70", nos cuenta Iria, para quién la atención primaria ha perdido valores propios como "la longitudinalidad, el trabajo en equipo, la visión social de las cosas, no es algo que podamos ejercer de forma general, es algo que hacemos de manera extraordinaria. Nos pasamos la vida apagando fuegos en lugar de para los que nos formaron como especialistas. Antes el problema era la temporalidad, ahora el problema es la calidad de lo que hacemos".
Esta sexta ola ha vuelto a sacudir los muros de la atención primaria, muros que ya eran bastante endebles en España antes de la pandemia. "La atención primaria ha soportado el 90% de atención a los pacientes covid, pero nosotros hemos ido sufriendo ola tras ola sin descanso. Hemos estado atendiendo a pacientes covid y no covid desde que empezó la pandemia. Discurren mensajes de que los médicos nos hemos parapetado, que los centros de salud han cerrado, al contrario. Yo estuve llamando pacientes a las diez de la noche, desde mi casa me conectaba al sistema informático y lo hacía", subraya Sandra en 'La Ventana'.
Unos 8000 médicos de familia serían necesarios para tener un ratio asumible médico-paciente, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. España está por debajo de la media Europea, que es de 0,91 médicos de familia por cada mil habitantes: en España tenemos 0,77 médicos de familia por cada 1000 habitantes. Países de nuestro entorno como Portugal tienen 2,6. Iria alerta de que "necesitamos manos, médicos que estén trabajando. De lo más cruel que está ocurriendo es que la responsabilidad última se transfiere a los médicos que están en activo. Cuando en un centro no hay suficientes profesionales atendiendo, te tocan 40, 50 pacientes diarios. Y cuando llevas varias semanas atendiendo a 40,50 pacientes estás cansado y frustrada, y muy preocupada porque estamos trabajando con la salud de las personas. Cuando lo comentas a los directores de equipo lo que te acaban diciendo es que hagas lo que puedas, o que no te esfuerces tanto, pero cuando tengo a 50 pacientes en la lista a cuál decido tratar un poco peor", se pregunta.
Los médicos de familia pueden jubilarse a los 65 años, pero también pueden prolongar su labor hasta los 70. Antes se hacía más a menudo, los médicos de familia se encontraban con ganas, ahora no. Este es el caso de Jesús Ángel Naudín, médico de familia de Zaragoza que se jubiló con 65 hace unos meses. "Hace un año posiblemente me hubiese replanteado continuar, pero dadas las circunstancias y lo que ha ocurrido este año opté por no solicitar la prórroga. Llevamos muchos años de deterioro. Desde la crisis del 2008 hemos empezado a sufrir recortes de plantilla, mucha temporalidad, desde 2009 se ha notado mucho la falta de presupuesto en atención primaria", describe Jesús Ángel que alerta de que unos años, además, se producirá un problema grave de "recambio generacional".