Un bonito envoltorio para una caja vacía
Llega a los cines 'El día de la bandera', la película dirigida por Sean Penn y protagonizada por su hija Dylan
Madrid
Como ocurre con otras películas dirigidas por Sean Penn, como Extraño vínculo de sangre, El juramento o Hacia rutas salvajes, El día de la bandera está preciosamente envuelta. Una estética un tanto empalagosa llena de imágenes bellas ralentizadas arropadas por música y canciones melancólicas, en este caso de Eddie Vedder y Cat Power. Un embalaje preciosista y a veces aparatoso que luego no guarda apenas nada. La nadería en papel de colores. Como director Sean Penn pretende ser intenso y sensible, transmitir soledad y amargura, pero lo que le suelen salir al final son películas que lindan o caen totalmente en la cursilería.
En El día de la bandera le ocurre tres cuartas partes de lo mismo. Sean Penn habla de las relaciones entre un padre y su hija. Un hombre con aires de grandeza, pero que en realidad se dedica a estafar, a robar y a falsificar moneda y que pasa largas temporadas en la cárcel. Su hija le idealiza mientras es pequeña y adolescente hasta que se da cuenta de cómo es su padre realmente. Para Sean Penn el film es también una metáfora de unos Estados Unidos que prometen sueños; de un país que, en muchas ocasiones, no está a la altura de sus ideales.
El film está basado en Flim Flam Man, un libro autobiográfico de la escritora y periodista Jennifer Vogel. Sean Penn le da a la historia un toque personal al elegir, como protagonista del film, a su propia hija Dylan. “Yo crecí con unos padres increíbles y que apoyaban. Nada que ver con el personaje de Jennifer. Nuestra relación como padre e hija tiene altibajos, por su puesto. Esto es un trabajo y yo he sido profesional y él era el director, pero también mi padre. Al acabar el día él seguía siendo mi padre. Los dos somos “Alfa” y eso hace que choquemos, pero creo que funcionamos al fin y al cabo”, explicaba la actriz cuando se presentó la película en el pasado Festival de Cannes.
En la película también aparece brevemente Hooper Penn, el otro hijo que el actor tuvo en su matrimonio con la actriz Robin Wright. Y Sean Penn se reserva para sí mismo el papel de ese padre idealista y tóxico. Y, aunque lógicamente no se identifica con el personaje, sí que reconoce algunos puntos en común con la vida errante como actor que ha llevado a lo largo de los años. “Uno de los privilegios y de las cosas geniales que tiene trabajar en el cine y ser padre es que hay periodos largos en los que estás fuera, pero una vez que haces tu trabajo hay épocas es que como padre estás presente 24 horas al día y siete días a la semana. Y entonces los niños se enfadan porque estás todo el día en casa con ellos”, decía el actor entre risas.
El día de la bandera es una película bonita y poco más. Pero como dice el propio Sean Penn, a la sociedad de hoy en día le falta empatía: “Vivimos en una época en la que el precio pagado por la humanidad es enorme. Mucha gente no demuestra ninguna empatía. Tenemos nuestra propia naturaleza y nuestros defectos y eso lo hemos visto desde hace año y medio y corremos el riesgo de seguir así si no desarrollamos un mundo con empatía”, explicaba solemnemente en Cannes.
Tengamos, por tanto, un poco de empatía con Sean Penn y demos una oportunidad a su última película: El día de la bandera.
Elio Castro
Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...