Máscaras (y mascarillas)
Visitamos junto a Jacinto Antón la exposición "La máscara nunca miente" (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, hasta el 1 de mayo)
"Ponerse una máscara es como habitar una segunda piel"
26:09
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Madrid
La Historia nos dice que las máscaras se han utilizado para engañar, para ocultar la verdad, sin embargo esta exposición quiere dejar constancia de lo contrario. Nos lo explica Servando Rocha, uno de los comisarios y autor de "Algunas cosas oscuras y peligrosas. El libro de la máscara y los enmascarados" (Ediciones La Felguera).
La máscara y el enmascaramiento ha tenido múltiples formas a lo largo de los siglos. Una de ellas es la que utilizaba el Ku Kux Klan: una forma de meter miedo, de imponer el terror. En el sentido contrario nos encontramos las máscaras de carnaval, que expresan el sentido más lúdico que pueden tener estas formas de encubrimiento.
Hay un espacio destacado dentro de la exposición para la lucha libre mexicana y sus ídolos populares. La trascendencia de esos luchadores ha ido mucho más allá de las fronteras de lo que es el deporte: han llegado incluso a presentarse a las elecciones. En México también han sido muy famosos los pasamontañas que cubrían los rostros de los zapatistas, y que, como en el caso de los luchadores, garantizaban el anonimato de esos líderes sociales.
Las máscaras son un elemento importante en buena parte de las últimas producciones más exitosas del cine y de la televisión: "La casa de papel", "El juego del calamar", y sobre todo, el gran referente: "V de Vendetta", la película de James McTeigue basada en la novela gráfica de Allan Moore y David Lloyd. Esa máscara fue adoptada por Anonymous y se ha convertido en un símbolo del activismo político.
La muestra termina con el apartado "Apocalipsis", en el que los protagonistas son la pandemia y las mascarillas. Precisamente una mascarilla gigante marca el punto final de la exposición.
