El acoso escolar, culpable de 200.000 suicidios al año entre los jóvenes
El acoso escolar o bullying ha aumentado en España, y con él los suicidios en personas jóvenes. En La Ventana hablamos con José Manuel López, cuya hija de 15 años se suicidó en 2021, Dolors Sanahuja, profesora, y Araceli Oñate, experta en acoso y autora de un informe de referencia sobre este tema
La Ventana a las 16h | El acoso escolar, causa de cada vez más suicidios en los jóvenes
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Madrid
El acoso escolar se cobra alrededor de 200.000 suicidios al año entre jóvenes de entre 14 y 28 años, según un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud junto a Naciones Unidas. Además, un estudio de la ONG Bullying Sin Fronteras asegura que dentro de la Unión Europea, hasta 24 millones de niños y jóvenes al año son víctimas de acoso y maltrato por bullying.
También señala que en España este tipo de acoso ha crecido en la mayoría de las escuelas primarias o secundarias y que existe, según cita el informe, "un agravamiento en la intensidad de los ataques y en la agresividad sin límite de los chicos".
Acoso escolar, causa principal del suicidio en jóvenes
Tras estos datos, sobrecogedores por sí solos, se esconden historias como las de José Manuel López, que perdió a su hija Kira de 15 años en mayo de 2021 en Barcelona. Desde entonces, cuenta en La Ventana, se ha convertido en un activista a la fuerza contra el acoso escolar y el suicidio, principalmente porque “cuando te pasa algo así crees que tu caso es excepcional, que es raro, pero luego conoces a otros padres a los que les ha sucedido lo mismo y que ha habido muchos más, y que después de ti sigue sucediendo lo mismo y nadie hace nada, está como aceptado”.
En el caso de Kira, explica su padre, diez días después de su muerte recibió un correo electrónico a su cuenta de email del colegio, en el que ponía “muere, muere”. “Mi hija se suicidó una mañana a las ocho, cuando iba para el colegio”, relata José Manuel, “yo entiendo que ella ese día no quería llegar allí”.
El colegio es un entorno hostil para muchos jóvenes que lejos de encontrar apoyo en la institución, se sienten abandonados por ella. Los profesores no siempre responden correctamente a estas situaciones, no por falta de interés, sino por falta de herramientas.
¿Qué se hace desde los centros?
Esta es la opinión de Dolors Sanahuja, una profesora que trabajó durante cuarenta años en varios institutos de Barcelona y que ha escrito el libro ‘El que vaig aprendre a secundària’ (2021), de la editorial EUMO con anécdotas y reflexiones sobre su experiencia docente.
“Es un tema muy complicado que tampoco se sabe muy bien de qué forma afrontarlo”, explica en La Ventana la profesora, “todo el mundo va expulsando responsabilidades de encima y hay poca conciencia de que es un tema que está ahí y que es responsabilidad de toda la comunidad educativa, entendiendo por comunidad educativa a profesores, padres y alumnos”.
Ella hace una distinción entre lo que puede hacer un docente por sí mismo y las herramientas que le proporciona el sistema para ello: “Si uno entiende, como ocurre con la mayoría de los centros, la tutoría como un simple controlar si se falta o si no se falta, si se aprueba o si se suspende, eso no es una tutoría, eso es control administrativo”.
“Por ejemplo, yo tengo una clase y veo que tengo un alumno que está apartado, que no se relaciona con el resto de compañeros. No es necesario que lo molesten expresamente, porque si está el adulto delante es muy difícil que delante de un profesor un alumno incordie a otros. Este sería el a detectar de forma rápida”, explica.
“Pero luego está el bullying sutil, el que se organiza a través de WhatsApp, el bullying que se organiza a través de las diferentes redes sociales, o en los patios. Aquí si el profesor no tiene un contacto muy estrecho con los alumnos, no lo detecta”, denuncia.
Este contacto, añade, no se puede dar por la falta de horas dispuestas para ello: “Tú no puedes conocer a un alumno si resulta que por horario solo hay dos horas lectivas contempladas para atender, una al grupo de alumnos completo en el aula y otra para atender a padres. ¿Cuándo se puede hacer atención individualizada?”.
Detrás de los datos
Para hablar de este tema también se ha asomado a La Ventana, Araceli Oñate, experta en acoso y autora de un informe de referencia sobre acoso escolar en España, el informe Cisneros X. Desde la publicación de este estudio, en el que participaron 25.000 escolares, han pasado 15 años. Ya entonces, uno de cada cuatro escolares de entre siete y 18 años admitía ser acusado por compañeros de clase.
En resultados preliminares de nuevos estudios, explica Oñate, este dato “se multiplica por dos, es decir, uno de cada dos alumnos en España cuando llegan a la universidad refieren conductas de maltrato frecuentes y sistemáticas, impunes, desde la indefensión en las aulas de primaria y secundaria”.
“Por desgracia cabe preguntarse cuáles son esos programas ineficaces que dan la espalda a la prevención”, añade la experta en acoso, que recalca la obligatoriedad de preguntar a los niños, ya que “tienen derecho a ser oídos”.
“La evaluación periódica, precoz, temprana, como sucede con la identificación del cáncer de una manera temprana y con evaluaciones periódicas, sería el camino para identificar de forma precoz y cortar de raíz estas situaciones”, concluye.
Mientras se suman los informes y estudios sobre el tema, los jóvenes continúan sufriendo en silencio por acoso escolar. El suicidio sigue siendo la principal causa de muerte entre los jóvenes de entre 14 y 29 años, y esto obliga a poner en el punto de mira lo que ocurre en las aulas y luchas por la prevención, para poder evitar que, igual que José Manuel, otros padres tengan que volver a sufrir como él.
Paula García
Redactora en prácticas en La Ventana desde 2021. Previamente en la Agencia Efe en Madrid y Berlín, Alemania....