La agonía de Boris
No sabemos cuánto durará este vía crucis para la población británica, pero sí se intuye que acabará mal
La agonía de Boris
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Barcelona
¿Cuánto durará la agonía de Boris? La frecuencia de los escándalos que atenazan al primer ministro británico es inaudita. Salen a razón de casi una fiesta semanal ilegal en su residencia oficial. En tiempos de pandemia y confinamiento. Así que la repuesta a la pregunta de cuánto durará debería rezar: poco tiempo. En contra de esta tesis figura la capacidad roqueña del líder populista, que no razona como nosotros, en términos de verdad o mentira, de bienestar o malestar público, sino de prejuicios ideológicos. Y de su fortísima sensación de superioridad personal. O de supremacismo, que consiste más o menos en que cada uno de tus errores es más valioso que todos los aciertos de los rivales. No sabemos cuánto durará este vía crucis para la población británica, pero sí se intuye que acabará mal. Acabará mal porque Boris Johnson es bastante incapaz de rectificar, y, por tanto, de reenderezar cuando sigue un rumbo equivocado. Acabará mal porque tiene un enemigo mortífero: su antiguo hombre de confianza Dominic Cummings, que le odia desde que fue expulsado, y que guarda información secreta, valiosa, y que administra en pequeñas y oportunas dosis. Y porque la economía no va como un tiro, contra lo que prometió en el Brexit. Y porque hay valiosos relevos disponibles, tanto en el partido conservador -por ejemplo, el ministro de Hacienda-, como, por vez primera en mucho tiempo, en la oposición laborista. Parece solo cuestión de tiempo.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...