Más de 100 niños esperan a un trasplante de órganos: la tragedia de una familia es la esperanza de otra

Madrid

En España hay aproximadamente 100 niños en lista de espera que necesitan un trasplante renal, un corazón o un pulmón para seguir viviendo. A su vez, cada año entre 50 y 60 niños se convierten tras fallecer en donantes de órganos. Tras estos números, historias como la de Vera, una niña que con tan solo cuatro años falleció tras un accidente en un castillo hinchable en la feria de Mislata, en Valencia.

Su padre publicó en sus redes sociales un vídeo de la niña, en el que además anunciaba la donación de órganos de la niña con estas palabras: “A los 5 amiguitos a los que ayudo a vivir con mis órganos, sed tan felices como he sido yo”.

La tragedia de una familia, esperanza para otra

La donación de órganos en menores se da en momentos absolutamente trágicos, como ha explicado en La Ventana la directora general de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatriz Domínguez-Gil: “Cada donante tiene detrás una historia de pérdida, una historia trágica”.

“Cuando hablamos de un donante infantil hablamos de una familia y unos padres enfrentados a una situación absolutamente antinatural y dramática en la que siempre nos sorprendemos porque muchas veces son los propios padres, antes incluso de que se les plantee los que se cuestionan si de esa pérdida tan dramática puede salir algo bueno gracias al trasplante de órganos de sus hijos”, ha asegurado la doctora.

El perfil del donante ha cambiado, “Ahora los donantes fallecen normalmente por causas naturales, por accidentes cerebrovasculares, sistémicos y hemorrágicos, paradas respiratorias u otras circunstancias”, y en el caso de los niños, “muchas veces se trata de accidentes, ahogamientos, y algunas veces se trata de otros niños con otras patologías muy diversas, con enfermedades raras”.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

¿Qué se necesita para que una donación sea posible?

Las condiciones para ser donante de órganos son complejas, y se dan en situaciones muy excepcionales: “Para ser donante de órganos hay que fallecer en un hospital, hay que fallecer en una unidad de cuidados intensivos, y hay que fallecer conectado a ventilación mecánica”.

“Cuando esas circunstancias se dan, que son muy excepcionales, es muy importante que todo el sistema esté muy preparado para identificar esa circunstancia de fallecimiento que es compatible con la donación y hacer una aproximación a una familia en un momento de duelo, en el peor momento de su vida, para plantear la opción de la donación.”, ha añadido Domínguez-Gil.

España, un país de donantes

Esta aproximación es tarea del personal médico, de los coordinadores de trasplantes, pero además la directora de la ONT calcula que en todo el proceso de un trasplante de órganos “pueden llegar a participar hasta cien profesionales en un periodo de tiempo muy corto”.

El sistema al completo funciona muy bien en España gracias a todos estos trabajadores, pero Domínguez-Gil ha destacado además a las propias familias de los donantes, que deben autorizar las donaciones una vez haya fallecido la persona.

“En España el 85 % de las familias dicen que sí a la donación, y en el caso de los donantes infantiles, muchas veces, estamos por encima del 90 % de consentimientos a la donación, porque además sabemos que en ese gesto de la donación las propias familias encuentran algo de consuelo”, ha explicado.

Este altruismo explica datos como el último de trasplantes pediátricos en España, de 197 en 2021, un récord para la ONT. Mucho por lo que enorgullecerse en un país que, además, lleva 29 años consecutivos liderando los ránqines mundiales en donación altruista de órganos.