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M. Díez (IBM): "La computación cuántica tendrá en 2023 un volumen de negocio de un billón de dólares"

La computación cuántica revolucionará el futuro de la investigación. Aunque existe desde hace tres décadas, en los últimos años ha comenzado a tomar impulso pero, ¿en qué consiste y qué aplicaciones tiene? Lo analizamos con el Director de Innovación de IBM para España, Portugal, Grecia e Israel.

(Getty Images)

Madrid

 La computación cuántica es un modelo que existe desde hace 30 años pero que ha madurado en los últimos años. De hecho, este mismo año dos compañías dedicadas a la computación cuántica acaban de salir a bolsa: IonQ, valorada en 2000 millones de dólares, y Rigetti Computing, con un valor de 1500 millones de dólares. Será la revolución de la investigación en los próximos años pero, ¿en qué consiste exactamente esta revolución? IBM es una de las compañías pioneras en su desarrollo, y en 2021, sacó al mercado su ordenador cuántico más potente hasta la fecha, ‘Eagle’, de 127 qubits, aunque pretende seguir mejorando su tecnología para lanzar, en 2024, un ordenador cuántico de más de mil qubits. Mikel Díez, Director de Innovación de IBM para España, Portugal, Grecia e Israel explica en Hora 25 de los Negocios la importancia de estos desarrollos.

¿Qué es exactamente la computación cuántica?

La computación cuántica es una nueva forma de procesar información. Hasta ahora estábamos acostumbrados a lanzar una moneda al aire y esperar a que cayera, y cuando caía, analizábamos si era un cero o un uno, cara o cruz. Así han funcionado los ordenadores clásicos desde que se han creado. Ahora, aprovechando ese nivel microscópico que los humanos no llegamos a ver, el subatómico, somos capaces de ver que la variable tiempo y la variable distancia funcionan de otra manera. Si nos imaginamos que lanzamos la moneda y observamos cómo voltea en el aire, mientras sube y baja, podríamos determinar que hay momentos en que se ve la cara completamente o la cruz completamente, o momentos en los que vemos una parte de la cara o una parte de la cruz, y todo eso ocurre en el lanzamiento. Y esa es la analogía con que, en el mismo momento, veremos ceros, veremos unos, y veremos momentos intermedios.

¿Qué aplicaciones tiene?

Hasta ahora, procesábamos la información basados en los ceros y los unos, ahora, con la computación cuántica vamos a ser capaces de representar muchísima más cantidad de información -los volteos de la moneda- en el mismo instante de tiempo, esto proporciona una dimensión distinta de la cantidad de información que somos capaces de analizar y de procesar.

¿Y cómo se puede aplicar esto en la práctica?

Hay ejemplos en diferentes industrias y disciplinas. Por ejemplo, la sintetización de nuevos materiales. Ahora mismo, por ejemplo, para representar cómo se pliegan las proteínas para constituir componentes vitales para el desarrollo de la humanidad, de la medicina o de la agricultura, tenemos que estudiar durante muchos años la cantidad explosiva de combinatoria de cómo se pliegan las proteínas. Al ser capaces de representar muchísimos más estados de información en muchísimo menos tiempo, seremos capaces de avanzar desarrollos de cómo sintetizamos una proteína que pueda desarrollar capacidades contra el alzheimer.

Estos son ejemplos de aplicaciones en investigación y ciencia, pero empresas como Volkswagen, Goldman Sachs ya están comprando esta tecnología... ¿Es una ventaja competitiva?

Es una ventaja competitiva para cualquier industria. Calcular el riesgo crediticio que pueda tener una entidad bancaria con toda su cartera de inversiones, es una aplicación en el sector financiero. O intentar comprender cómo se comportan los elementos de una batería de un coche eléctrico y como se degradan, para conseguir una mayor o una menor autonomía, es otra aplicabilidad. O, por ejemplo, los leds están constituidos con materiales que llamamos tierras raras, estamos intentando ver cómo componer nuevos leds que estén formados a partir de carbono o hidrógeno, es decir, son impactos en industrias que no son exclusivamente la investigación.

¿Se ha roto entonces el acceso democrático a la tecnología?

No, rotundamente no. De hecho, nosotros, desde el primer ordenador cuántico que pusimos a disposición de la comunidad abierta, en 2016, que tenía 5 qubits, desde esa fecha tenemos ya una flota de 27 ordenadores donde gran parte de ellos están disponibles de forma gratuita a toda la comunidad mundial. Actualmente tenemos no solo las 170 comunidades, que acceden a los ordenadores con mayores capacidades, sino que tenemos a más de 370.000 desarrolladores por todo el mundo, accediendo de forma gratuita a toda esa flota de ordenadores.

¿Y en España?

En España tenemos dos organismos públicos, el Centro Superior de Investigaciones Científicas y la diputación de Vizcaya que ya se han constituido en hubs, para acceder a nuestras plataformas cuánticas. Y el espíritu que tienen es: el CSIC para sus investigadores y en el caso de la diputación foral de Vizcaya, para que todas las industrias, empresas, universidades y ecosistema emprendedor, puedan acceder a estas tecnologías.

¿Y qué riesgos tiene una tecnología tan potente?

Siempre se ha dicho que en los avances tecnológicos que, cayendo en malas manos el impacto social será negativo, y tenemos pruebas de ello. En el caso de la computación cuántica viene a ser una nueva revolución que habrá que regularla, ponerle una ética y un control, y esto estará en manos de reguladores y de los propios proveedores tecnológicos que lo dejen a disposición de ciertas organizaciones. Nosotros lo que planteamos es que la revolución de la computación cuántica va a tener un impacto en la sociedad y lo que tratamos es que sea un impacto positivo. ¿Somos los únicos propietarios y capaces de gestionar este impacto? Absolutamente no, pero lo que queremos es que este impacto sea real.

¿Qué modelo de negocio prevén en IBM?

Los analistas financieros estiman que, la computación cuántica, para el año que viene, tendrá un volumen de negocio del orden de un billón de dólares, ese es el tamaño que se estima del mercado actual anualmente. Por otro lado, la propia industria del I+D en que hay una prioridad estratégica que es la computación cuántica ya supone el 1,5% del PIB mundial.

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