¿Método o talento?
Llega a los cines 'El método Williams', la película protagonizada por Will Smith sobre el padre de las tenistas Venus y Serena Williams
Madrid
Un día, hace ya más de 40 años, a comienzos de la década de los 80 del siglo pasado, Richard Williams vio por televisión como la tenista rumana Virginia Ruzici ganaba un torneo y se embolsaba 40.000 dólares como premio. Ese día decidió que tendría dos hijos más y que serían tenistas. Primero nació Venus y después Serena y Richard Williams comenzó a poner en marcha su extravagante plan. No sabía nada de tenis, pero fue aprendiendo de forma autodidacta. Además, escribió una especie de manual de 78 páginas sobre los pasos que debían seguir sus hijas para que se convirtieran en grandes campeonas. Y, sorprendentemente, lo consiguió. Serena ha ganado 23 títulos individuales del Grand Slam (Open de Australia; Roland Garros; Wimbledon y Open de Estados Unidos). Venus, 7. ¿Se debió al método de su padre o al talento descomunal de las dos tenistas? La película apuesta descaradamente por lo primero.
Desde el principio Will Smith contó con la aprobación de la familia Williams, en especial de las dos hermanas tenistas, para llevar esta historia a las pantallas de cine. El director de la película es el portorriqueño Reinaldo Marcus Green, elegido personalmente por Will Smith para el trabajo. Toda la película esta concebida para el lucimiento personal de Will Smith que interpreta a este hombre obsesivo y mesiánico que controla con mano firme la carrera de sus hijas. Un papel por el que Will Smith ha ganado ya el Globo de Oro como mejor actor de drama y es uno de los favoritos para conseguir el Oscar de este año.
Pero al tratarse de una película supervisada por la propia familia protagonista, se trata con demasiada condescendencia y benevolencia al progenitor, al que se presenta como alguien abnegado y desinteresado que solo busca lo mejor para sus hijas tenistas. Como defecto solo se muestra su afán de protagonismo, sobre todo ante las cámaras de televisión, pero ningún otro punto oscuro. Se hubiera necesitado una visión más independiente y externa para dar una visión más creíble del personaje y de la historia.
En la película se habla también de racismo. De cómo el tenis era y sigue siendo, sobre todo, un deporte para blancos y ricos y cómo las hermanas Williams, que venían de un barrio conflictivo y de clase medio baja, se convirtieron en las primeras grandes campeonas de raza negra. Pero, aunque se apunta brevemente, la película desaprovecha la ocasión de hablar más en profundidad de esas otras niñas tenistas, como Jennifer Capriati, que se quemaron muy pronto por culpa de la ambición de sus entrenadores o sus propios padres.
Y atentos, sobre todo, a la parte final de la película porque se recrea el segundo partido como profesional de Venus Williams que, con 14 años, se enfrentó en el torneo de Oakland de California a Arantxa Sánchez Vicario, la tenista número uno del mundo en ese momento, 1994. Un partido que supuso el despegue de Venus Williams como estrella deportiva. Luego llegaría el huracán Serena. Las dos hermanas han pasado a la historia del tenis y del deporte. Si Will Smith gana el Oscar al mejor actor, la película también lo hará en la del cine, pero sin la brillantez y la gloria de estas dos mujeres. La película no está a la altura de su carrera repleta de hazañas.
Elio Castro
Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...