Ocho de cada diez enfermeras riojanas han sido agredidas

Logroño

Estas son algunas de las conclusiones de la macroencuesta realizada por el Sindicato de Enfermería (SATSE) para hacer una radiografía actualizada sobre el "grave" problema de violencia en el ámbito sanitario que existe en España. Sus datos indican que, en el caso de La Rioja, el 83,03 % del personal de enfermería consultado por SATSE ha sufrido alguna agresión, ya sea física, como empujones, retenciones involuntarias y puñetazos; o verbal, como amenazas, vejaciones e insultos, a lo largo de su vida laboral por parte de pacientes o familiares. Un 51,67 % de esas agresiones se produjo en un hospital; el 28,33 %, en Atención Primaria; y el 11,67 %, en Urgencias y Emergencias. Del porcentaje de enfermeros agredidos, el 50 % lo ha sido hasta en 5 ocasiones; el 22,92 %, en una única ocasión; el 14,58 %, entre 6 y 10 veces; y el 12,50 %, en más de 10 ocasiones.

En pandemia

Respecto a los profesionales que se encuentran ahora en paro pero que han trabajado durante la pandemia de la covid-19 y que suelen ser los más jóvenes, el porcentaje aumenta hasta el 63,16 % en el caso de los que han resultado víctimas de violencia hasta en 5 ocasiones. En concreto, en los dos últimos años, marcados por la pandemia, han sufrido algún tipo de agresión el 66,67 % de los enfermeros de La Rioja, cifra que se incrementa hasta el 89,47 % en el caso de los profesionales ahora desempleados que fueron contratados de manera temporal para hacer frente a la covid-19, según estos datos de SATSE. El 85,96 % de los profesionales de enfermería riojanos consultados consideran que el ambiente laboral en los centros sanitarios y sociosanitarios, así como la relación con los pacientes, ha empeorado en los dos últimos años.

Tipo de agresiones

De las agresiones sufridas, el 78,72 % fueron amenazas; el 74,47 %, insultos; el 31,91 %, vejaciones; y el 23,40 %, de carácter físico. La secretaria autonómica de SATSE en La Rioja, Marta Sáez-Torre, añade que "la mayoría de las agresiones se produce en los hospitales, seguido de atención primaria y después los servicios de urgencia". "El incremento de las agresiones es preocupante y muy grave, así que se debería actuar de forma conjunta entre las administraciones públicas y las empresas sanitarias privadas, teniendo como referente una Ley estatal, que luche contra esta grave lacra", ha concluido Sáez-Torre.