“Cuando ya pensaban que estabas curada, es muy dificil explicar a tus hijos que has vuelto a recaer”

Logroño

Hoy por Hoy La Rioja se ha desplazado hoy hasta las instalaciones del CIBIR para ofrecerles un programa especial en torno a la conmemoración del Día Mundial del Donante de Sangre que se celebró el pasado día 14.

Hemos hablado fundamentalmente de generosidad y de un gesto solidario que ayuda a salvar vidas. Y lo hemos hecho en un momento, en el que con motivo de las vacaciones de verano hay que reforzar los mensajes de sensibilización porque bajan las donaciones a pesar de que las necesidades siguen las mismas.

Junto a los testimonios de representantes institucionales, donantes con una larguísima trayectoria o coordinadores de la donación en distintos puntos de La Rioja, la voz de una persona que ayuda a comprender el valor de la solidaridad.

A María Fernández le diagnosticaron un linfoma en 2018. Un año más tarde recibía un trasplante autológico y todo hacia pensar que la pesadilla había terminado. Sin embargo en 2021 tuvo una recaida “y empezó de nuevo el ciclo de quimioterapia”.

“Es muy difícil explicar a tus hijos, cuando ya pensaban que estabas curada, que has vuelto a recaer”, asegura María.

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“Mañana recibirá un segundo trasplante y asegura que vive “una cascada de emociones encontradas, alegría, pena por dejar aquí a su familia, pero siempre energía y positividad”.

María asegura que ha descubierto el valor de las donaciones. Ella misma ha debido recibir una gran cantidas de transfusines de salgre y plaquetas, y ahora, ese trasplante de médula. “Creo que esta vez va a funcionar”.

A su lado, Martín, su marido, que asegura vivir “una montaña rusa de emociones. Es dificil tener que aparentar que estas bien cuando no lo estás”.

Aun así, asegura que “la fortaleza de María es un espejo en el que se mira toda su familia”.

Él es donante, y lo es porque durante estas circunstancias ha sido aún más consciente que nunca de que “un cuarto de hora de nuestro tiempo puede salvar una vida”.

A la vuelta de Santander, les esperan Juan, de 4 años, y Julia, de 7.