Bienvenidos Refugiados pide la misma atención que a los ucranianos para los solicitantes de asilo del resto de nacionalidades

España es uno de los países europeos que más solicitudes de asilo recibe y uno de los que menos concede. Así lo aseguran los datos. En nuestro país, las peticiones de asilo crecieron en 2022 un 82 por ciento con respecto a 2021. En La Rioja en ese año 2022 registró 452 solicitudes. Un aumento que se explica por el conflicto de la guerra de Ucrania.

Para las entidades que trabajan con refugiados, la crisis de Ucrania supone el ejemplo de una respuesta ordenada y efectiva a una crisis humanitaria. Un ejemplo que piden que se repita con los solicitantes de asilo de otras nacionalidades. "La respuesta para Ucrania ha demostrado que sí se puede hacer, ahora falta aplicarla a todos los solicitantes de asilo", asegura Carlos Usón de Bienvenidos Refugiados. Y es que Usón es consciente de que esto no interesa: "no está para nada en la agenda política".

Y es que España es el tercer país europeo que más solicitudes recibe y solo valida en torno al 16%. Para Carlos Usón hay un barrera burocrática y una barrera de sensibilidad en las administraciones. "Burocrática porque todos los plazos de respuesta son muy largos, es una de las denuncias de las entidades como Rioja Acoge, y de sensibilidad porque no se entiende la realidad de los países de origen". El portavoz de Bienvenidos Refugiados pone como ejemplo las solicitudes que llegan desde Colombia. "Se desestiman porque se considera que ya no hay conflicto con las FARC pero la realidad es que los paramilitares y la guerrilla sigue estando en este país".

"Sensación de acogimiento"

El estatus de refugiado cambia la vida de los migrantes que obtienen este reconocimiento. Además de poder permanecer de manera legal en el país, los refugiados obtienen acceso a los recursos de atención que responden a sus necesidades de vivienda, empleo y otras ayudas. Es el caso de Anna, una mujer ucraniana que lleva un año en España y la mitad de ese tiempo en La Rioja. "La actitud de la gente hace que me sienta acogida y, además, puedo acudir a Cruz Roja si tengo algún problema".

Esa misma sensación, la del "acogimiento" es la que tienen los hijos de Anna. Un niño de 11 años y una niña de 7. "Ellos están contentos en la escuela, tienen buenos profesores, aprenden el idioma y pasan buenos momentos con sus amigos", explica su madre.

El idioma es una de las principales barreras que impide que los refugiados hagan una vida normal en nuestra comunidad, por lo que Cruz Roja ofrece cursos a los recién llegados para mejorar su nivel de castellano. "Organizamos las clases según el nivel, no según las nacionalidades", explica Soledad, que forma parte de Cruz Roja.

Usón apunta a un problema burocrático y un problema de sensibilidad a la hora de tratar las peticiones de asilo

Hanna es ucraniana, llegó a españa hace un año, y reside en La Rioja desde hace seis meses. Asegura que los programas de ayuda y la actitud de la gente hace que se sienta acogida.

Hanna es madre de dos niños, de 11 y 7 años, asegura que sus hijos se han integrado muy bien gracias a la escolarización.

Una de las primeras barreras a vencer es el idioma, por ello Cruz Roja ofrece cursos de castellano desde el incio de su estancia en nuestro país. Soledad forma parte de estos talleres.

Las clases están enfocadas para los adultos, porque los menores de edad son escolarizados.