"Pensé que me había muerto y estaba en el infierno": 28 años del atentado de ETA en Arnedo
El 17 de agosto de 1995, la banda terrorista ETA atentó contra el cuartel de la Guardia Civil en la localidad riojana de Arnedo. El atentado dejó numerosos daños materiales, pero afortunadamente no se lamentaron pérdidas humanas.
Reportaje 28 Aniversario del atentado de ETA en Arnedo (21/08/2023)
Logroño
Eran las 3:50 de la madrugada del 17 de agosto de 1995, cuando una fuerte explosión sorprendió a los vecinos de Arnedo. Se trataba de un atentado terrorista. El Comando Donosti, formado por tres miembros de la banda fue el responsable de colocar la carga explosiva en el cuartel de la Guardia Civil de la localidad riojana. Mientras dejaban el explosivo, la Policía Local les sorprendió y los terroristas tuvieron que improvisar.
Reportaje 28 Aniversario del atentado de ETA en Arnedo (21/08/2023)
El plan inicial
El plan inicial de la banda era adosar entre 50 y 60 kilos de amonal, que se encontraban dentro de una mochila, al tanque de gasolina del cuartel de la Guardia Civil. Un plan que se vió frustrado por los agentes de la Policía Local, que obligaron al comando a improvisar y abandonar los explosivos en un descampado cerca del cuartel. Los policías, al ver a los individuos, pensaron que eran ladrones y salieron detrás de ellos. Con la mala suerte de perder su rastro en la carretera. Al volver hacia Arnedo, los policías presenciaron un accidente de tráfico y acudieron a auxiliar a los afectados. Eran los terroristas. Al bajar del coche para ayudar a los accidentados, estos les encañonaron, esposaron y les robaron el coche con el que finalmente salieron huyendo los etarras.
El cuartel, la parte más afectada
"Fui al cuartel y lo que allí me encontré fue una situación absolutamente dantesca", narra el entonces alcalde de Arnedo, José María León Quiñones. El edificio del cuartel quedó completamente destrozado. Las viviendas que había dentro del inmueble no tenían puerta, los cristales habían estallado en pedazos y los afectados estaban desconcertados. "Pensé que me había muerto y que estaba en el infierno", recuerda un guardia civil sobre aquella noche. Los guardias civiles y sus familiares bajaron a la calle con el pijama y sus hijos en brazos.
Un pueblo unido por la paz
La población de Arnedo se volcó con las víctimas supervivientes del atentado. El dueño del Hotel Virrey, José Luis, no dudó en poner a disposición de los guardias civiles y sus familias las instalaciones del hotel, que se encontraba próximo al lugar de la explosión, pero que no había sufrido la onda expansiva de la misma. En los días siguientes al atentado, el pueblo se unió y manifestó con el lema "Arnedo por la Paz" para demostrar su profundo rechazo ante el ataque terrorista que acababa de sufrir la localidad.