Más de 330 familias riojanas buscan fórmulas para retrasar la edad a la que los niños disponen de móvil

Logroño

Seguramente una de las dudas que más frecuentemente se plantean en el ámbito familiar y que, a menudo, es motivo de conflictos filio parentales es el uso del teléfono móvil por parte de los hijos y la edad a la que disponen de ese primer terminal. Argumentos como “todos mis compañeros de clase tienen un smartphone”, o justificaciones paternas como “si mi hijo tiene teléfono, lo puedo tener más controlado si pasa algo”, han ido adelantando poco a poco la edad a la que los niños disponen de móvil. No es extraño que en muchos casos sea uno de los regalos de la primera comunión.

Hace unas semanas surgía la noticia de un grupo de WhatsApp de padres y madres, que se ha extendido rápidamente por toda Cataluña, y que pretende retrasar la compra de ese primer móvil.

Y una iniciativa muy similar está ya en marcha en La Rioja. Más de 330 familias se han unido en el grupo de Telegram ‘Logroño, adolescencia libre de móvil’, en el que plantean también unir fuerzas para hacer frente al problema de pantallas entre niñas, niños y adolescentes y evitar esas compras de primeros móviles al cumplir los 12 años. Un movimiento que se ha gestado en una red social para evitar los efectos negativos entre los chavales.

El problema no son las tecnologías

Antonio, portavoz de estos padres y madres, anima a sumarse a la reflexión sobre este problema, Antonio reconoce que “nos preocupa el acceso a una ventana que muestra todo, pero sobre todo que el acceso a esa ventana se produzca a unas edades, a una preadolescencia que todavía no está preparada”.

Noemí García, profesora de UNIR reconoce que “existe preocupación, en particular, por el móvil y su entrega a los adolescentes en cuanto cumplen 12 años y comienzan la ESO, pero que se hace extensible a las pantallas en general”. Y el problema, advierte esta experta, no es solo el acceso a determinados contenidos en estas edades tempranas, “sino todo lo que dejan de hacer los adolescentes, hábitos buenos y necesarios, durante ese tiempo excesivo dedicado a las pantallas

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Juan Cruz Rada, psicólogo educativo, considera que la tecnología no es un problema, pero sí su uso incorrecto entre adolescentes. Por ello, también “se requiere de mayor control y vigilancia por las familias y un mayor control no tanto del teléfono en sí, sido de las aplicaciones a las que acceden los menores”.

Y es una preocupación que está también muy presentes en la comunidad educativa. Así lo asegura el secretario general de la Federación de Familias de Alumnos de Centros Católicos, Esteban García, más partidario “de educar en el uso que de establecer una edad mínima para tener acceso a ese primer teléfono”.

También es materia de profundo debate en el seno del Consejo Escolar de La Rioja. Su presidente, Miguel Ángel Galán, reconoce que, aunque el móvil está prohibido en los institutos, son conscientes de que esos móviles entran en los centros y son utilizados por los alumnos en los tiempos de descanso”.

Y junto a los problemas psicológicos que se pueden derivar de ese uso temprano del móvil, problemas también de salud. Elena Madorrán, óptica optometrista de ‘Ramón Óptica’ asegura que la luz azul de las pantallas puede tener efectos muy negativos por debajo de los siete años, edad en la que el sistema visual todavía está en desarrollo, y que el uso de auriculares internos provoca un daño en el sistema auditivo, que está provocando que cada vez de empiece a perder audición a edades más tempranas.