"El 11-M fue una venganza al golpe asestado por España tres años antes a las estructuras de Al Qaeda"
El experto en terrorismo internacional, Fernando Reinares, mantiene que el atentado podría haberse evitado con un trabajo policial más eficaz
El experto en terrorismo internacional, Fernando Reinares, mantiene que el atentado podría haberse evitado con un trabajo policial más eficaz
Logroño
11 de marzo, una fecha que hace 20 años quedó grabada para siempre en la memoria colectiva como emblema de la barbarie, del horror y del sufrimiento.
Esas fechas que todos recordamos con una extraordinaria nitidez. ¿Qué estábamos haciendo?, ¿qué es lo primero que pensamos, ¿cómo asistimos a las noticias sobre el incesante incremento de víctimas?, y también cómo durante los días posteriores el país asistió al intento de uno de los mayores ejercicios de desinformación y manipulación de la historia de nuestra democracia. 20 años después, aún continúan abiertas las heridas de un atentado que se cobró 192 vidas, casi 2000 heridos y que rompió en pedazos las vidas de decenas de miles más.
Uno de los mayores expertos en terrorismo internacional, el riojano, Fernando Reinares, presenta mañana en Logroño el libro '11-M. Pudo evitarse'. Un libro, fruto de una profunda investigación en la que se da cuenta de todos los factores que influyeron para no parar antes un atentado que se había ido forjando desde años antes al día de las explosiones.
Según Reinares, “la matanza del 11M pudo haberse evitado si el conocimiento policial previo que se tenía sobre buena parte de los terroristas implicados hubiera sido bien interpretado y compartido” y “si no hubiese existido tanta descoordinación entre cuerpos policiales y con el Servicio de Inteligencia, cuya visión de la amenaza yihadista estuvo, por otra parte, desenfocada”.
También “si la legislación y el entendimiento judicial con que trataban el terrorismo yihadista en la Audiencia Nacional hubiesen sido apropiados”, “si Marruecos, Turquía, Francia o Bélgica hubiesen cooperado más o mejor” y “si quienes, en las colectividades musulmanas o al margen de ellas, sospecharon de allegados o conocidos, hubiesen antepuesto la lealtad cívica a otro tipo de lealtades”.
Para este experto en la investigación del terrorismo de ETA e yihadista, en la principal unidad policial española dedicada al terrorismo internacional se ignoró el llamado ‘efecto bumerán’, que supone que “una actuación contra el terrorismo de especial significación o de gran envergadura puede motivar una reacción terrorista de venganza”.
Una venganza reforzada por otra venganza
En el caso del 11M, “la actuación contra el terrorismo que desencadenó deseos de venganza fue la Operación Dátil”, cuya fase primera y principal se desarrolló en noviembre de 2001 en Madrid y que fue “el mayor golpe asestado a las estructuras de Al Qaeda en los países de Europa Occidental tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington”.
Entre las personas que no pudieron ser detenidas y encarcelados en el marco de esa actuación policial, ha contado, estuvieron, “no por casualidad, el instigador de la venganza contra España y quienes, siguiendo sus instrucciones, se movilizaron para formar la red terrorista del 11M”.
“La principal motivación que unió a los terroristas del 11M fue la venganza y la decisión de atentar en España se tomó a finales de 2001 por venganza, aunque ese sentimiento aún se reforzó más con la decisión de España de apoyar la invasión de Irak tras los atentados del 11-S”.