La Rioja endulza la Semana Santa con postres tradicionales
La geografía riojana está llena de municipios que durante estas fechas reproducen las recetas que han ido heredando generación tras generación
La Rioja endulza la Semana Santa con postres tradicionales
10:10
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1711629356596/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Logroño
En Semana Santa llegan también muchos dulces tradicionales de estos días. Uno de los más significativos y que solo se hace para estas fechas son los altaguitones de Autol. Un dulce que es directamente "una bomba" y que también tiene su versión salada. Jesús Mari, pastelero de Autol, cuenta que “se trata de unas bolas, tipo albóndigas, que se comen con un baño de leche con canela. También las hay saladas, pero tienen menos aceptación. Las dulces están de rechupete. Hay que pensar que estos postres son tradicionales y que se hacían con lo que había siempre en casa, pan, huevo y leche”.
Y otro dulce también enmarcado en un municipio son los prestiños de San Millán de la Cogolla, que son iguales a los pestiños, pero que en esta localidad adquieren este nombre, que la RAE define como fruta de sartén.
Almudena, de la Asociación Tierra de San Millán, nos explica que "estos dulces tuvieron una especial fama en los siglos XVI y XVII. En esas fechas había un obrador situado en la vertiente oeste del Monasterio de Yuso en el que se elaboraban pan y dulces. La calle en la que se ubicaba el obrador se llamaba prestiño, y de ahí es de donde viene esa conexión con el nombre del dulce”.
Los ingredientes de este dulce, según explica Almudena, “son harina, huevo, mantequilla, anís, preferentemente de semilla, y azúcar. Con todo esto se hace una masa, se trabaja bien, se estira, se hacen cuadraditos, que luego se doblan cogiendo dos esquinas en diagonal, se fríe, se escurre y se espolvorea con azúcar glas o con miel”.
Y lo que es tradición en toda La Rioja, al igual que en muchos otros puntos de España, son la torrijas. Gabi, el pastelero de Calahorra de Flor y Nata, nos desvela su receta. “La clave es dejarlas de un día para otro para que se queden más duritas. Hay que bañarlas un día y dejarlas escurrir sobre una rejilla durante la noche. Se pasan por huevo, se fríen y luego se rebozan con el azúcar y la canela”.
Otros dulces con sello riojano
El fardelejo es, sin duda, uno de los postres más típicos y conocidos de La Rioja. De origen árabe, comenzó a elaborarse en Arnedo en los siglos IX y X y su receta y su fama llega hasta nuestros días. Recubierto con hojaldre y con un relleno similar al mazapán, pero más ligero, es un dulce muy recomendable para el desayuno o para el postre.
El ‘pastel calagurris’ es otra de las grandes joyas reposteras que han nacido en La Rioja Baja. Se trata de una tartaleta hojaldrada rellena de masa de almendra, que va cubierta de este fruto seco fileteado y tostado. Para los más dulces, se puede servir con chocolate caliente.
Los ‘ahorcaditos’ son unos dulces de Santo Domingo de la Calzada que se han convertido en unos de los más típicos y famosos en el Camino de Santiago. Elaborados con hojaldre y rellenos de crema de almendra tienen forma de vieira, en referencia a la ruta jacobea, y llevan en la parte superior la forma de un ahorcado.