"Sólo queremos ganarnos la vida en una pedanía de 150 habitantes"
Isidro y Verónica, propietarios de la granja Los Palomos en Valverde, responden a la oposición que Ecologistas en Acción han realizado a la ampliación de su negocio
Entrevista a Isidro y Verónica, ganaderos en Valverde
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Valverde
Ecologistas en Acción, a través de una publicación en su página web, manifestaban a principios de semana su oposición a la ampliación de una granja porcina de cebo en Cervera del Río Alhama. El colectivo explicaba que esta granja pretendía ampliar sus instalaciones hasta las 5940 plazas y señalaban que "la actividad dejaría de ser agropecuaria para ser una actividad industrial". Sobre este asunto, el alcalde de Cervera, Álvaro Forcada hablaba en el espacio 'Tu alcalde responde', del pasado lunes 20 de mayo y señalaba que "le gustaría que fueran a los pueblos para explicarles cómo se puede vivir sin agricultura y sin ganadería, si no hay actividad económica". Y ante estas declaraciones y esta oposición, los propietarios de la granja Los Palomos, de Valverde, en Cervera, han manifestado su indignación.
"La gente no sabe cómo se trabaja en las granjas"
Ellos son Isidro y Verónica, un matrimonio joven con tres hijos. Isidro ha explicado que se dedica a la agricultura desde los 18 años. "De la agricultura no se puede vivir, a pesar de que tengo una explotación agrícola pero he creado mi familia y estamos dándolo todo por una pedanía de 150 habitantes. La gente que habla no sabe cómo se trabaja en las granjas". Isidro asegura que las personas que trabajan con animales viven pensando en ellos. "No saben de qué va una granja, cuando uno vive con los animales no hace otra cosa que tratarlos bien, cuidarlos, dedicarles mucho tiempo y quitar ese tiempo a la familia", explica emocionado. "Con 33 años no sé hacer otra cosa que cuidar de mis animales y que vengan 4 personas a decirte como tienes que trabajar... me indigna y me sabe malo".
Verónica ha aclarado que su negocio "nada tiene que ver con una industria. Estamos buscando la manera de ganarnos la vida en una pedanía de 150 habitantes. Tenemos un colegio con 16 niños, yo trabajaba con alpargatas, que es la industria que hay y no te permite compaginar con la vida familiar", explica. Así que consideraron que la mejor opción era ampliar el negocio.
Inspecciones rigurosas
Aseguran que están intentando ampliar el negocio pero que no es fácil. "Es una zona no urbana, porque es ahí donde se pueden abrir estas explotaciones", indican. Además, señalan que este tipo de granjas tienen que pasar unas inspecciones muy rigurosas. "Tenemos un proyecto en el cual justificamos toda nuestra actividad a Medio ambiente y a todas las administraciones. Después nos conceden la autorización para construirla y cuando ya está construida viene un técnico a darnos el visto bueno. Tras todo este proceso, llega el ganado y empiezas a trabajar y las inspecciones continúan". Indican que son muchos los requisitos que hay que cumplir y que solo quieren trabajar en su municipio y darles un futuro a sus hijos.