Más de 70.000 riojanos se encuentran en situación de pobreza o exclusión social

Logroño

En La Rioja crece la tasa de pobreza y asciende al 16,9 por ciento. Y también la de pobreza severa, en el 7 por ciento. Además, la carencia material y social severa se sitúa en el 6,7 por ciento. La raíz del problema: el trabajo precario y los sueldos insuficientes.

Según los resultados del informe sobre el estado de la pobreza, el porcentaje de personas que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social crece en casi un punto el porcentaje de la población en La Rioja en esta situación, hasta situarse el 21,8 por ciento

Además, más del 40 por ciento reconoce tener dificultades para llegar a fin de mes y el 15 por ciento de los riojanos no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante el invierno

La presidenta de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en La Rioja (EAPN), Silvia Andrés, ha advertido de que "vamos hacia una comunidad autónoma empobrecida, envejecida y en retroceso", tras constatar una tendencia "ascendente" de la exclusión.

Según ha explicado Andrés, "la baja intensidad de empleo es el único indicador en el que no empeora La Rioja, siendo uno de los datos mejores si nos comparamos con otros territorios, pero, si hacemos una lectura de que tenemos los peores datos en carencia material y social severa y que hay más empleo, la lectura que hacemos es que los trabajos son precarios y que los sueldos no van acorde con el precio de la vida".

Martínez ha añadido que, en el análisis por edad, se ve que “el grupo de edad que más pobreza tiene es el grupo de menores de dieciocho años, situándose la tasa en un 20,9 por ciento de tasa de pobreza”.

Ha destacado además, que la pobreza severa, que es vivir con 611 euros al mes, ha subido un punto con referencia al año anterior.

Con respecto a la carencia material y social severa, aumenta en 2023 2,8 puntos porcentuales con respecto al 2022, de modo que pasa de un 3,9 por ciento de la población a un 6,7 por ciento.

Esto supone agregar a casi más de 9.000 personas en esta tasa de exclusión y que La Rioja, que ocupaba la segunda posición entre las comunidades autónomas, pase a ser la séptima.

El rostro de la vulnerabilidad

El informe describe nítidamente una realidad que invita a la preocupación y que tiene rostro. Ainhoa es una joven que sufre este problema. Tiene 25 años, llegó a Logroño desde Alicante confiando en que aquí iba a poder desarrollar su proyecto de vida, pero hasta el momento no ha sido así. Sus aspiraciones no son excesivamente ambiciosas, muy parecidas a las de cualquier joven, “me gustaría tener una casa, un coche, y no tardar mucho a tener un bebé”.

Ainhoa tiene el grado medio en Informática, pero no tiene dinero para cursar el grado superior, “ahora la prioridad es el trabajo para poder subsistir”.

Reconoce que los problemas económicos están afectando a su salud mental, y a día de hoy no ve la salida, “si llego a pagar el alquiler, no llego a pagar la comida, si la pago no me queda para un mínimo de ocio ni para nada. He llegado al punto en el que ahora mismo estoy apuntada al Banco de Alimentos, buscando trabajo a más no poder. De momento tengo dos, pero ni aun así llego a fin de mes”.

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