"Somos muy importantes gastronómicamente, pero hay cosas que se nos han ido de las manos"
La Asociación de la Calle San Juan aboga por una mesa de trabajo que establezca las normas para una actividad hostelera respetuosa con los vecinos
"Somos muy importantes gastronómicamente, pero hay cosas que se nos han ido de las manos"
Logroño
En determinadas zonas de Logroño, la convivencia entre el ocio, la hostelería y los vecinos sigue siendo una asignatura pendiente.
En el Casco Antiguo, la asociación de la calle San Juan aboga por una solución pactada con el ayuntamiento que integre los intereses de vecinos, comerciantes y hosteleros y que plasme un compromiso conjunto. Con un mensaje pacificador, apelan al diálogo y a establecer unas reglas de juego con las que todas las partes estén de acuerdo.
Para la calle San Juan, las zonas de protección acústica que plantea el consistorio son una buena herramienta, a pesar de que la calle Laurel y la asociación de hostelería riojana hayan demandado esta medida por vía judicial.
Sergio Palacios, presidente de la Asociación, defiende que “somos hosteleros y queremos apoyar a nuestros compañeros hosteleros, pero el movimiento que se ha generado de vecinos no lo podemos obviar, y nosotros proponemos nuestras medidas y nuestras normas como asociación. Algo que hasta ahora nos ha funcionado bien y no queremos cambiar”.
Apoyan al sector, pero a la vez se desvinculan, y la postura de la Calle San Juan quiere dar pie a un diálogo con el resto de los interlocutores, para trabajar con el consistorio, con los demás compañeros hosteleros y con los vecinos para que, las medidas que se tomen en las zonas de protección acústica permitan mantener la singularidad de la San Juan y el bienestar de los vecinos del Casco Antiguo.
La singularidad de cada oferta hostelera
La situación actual obliga a tomar medidas que mejoren la convivencia ante una deriva marcada por el auge del turismo y la concentración de usos de ocio en el centro histórico que, sin las debidas limitaciones, molesta a los vecinos y dificulta su descanso. “Gastronómicamente, somos muy importantes, pero igual esto nos ha venido grande a todos y ha habido cosas que, sin darnos cuenta, se nos han ido de las manos. Cada vez hay más apartamentos turísticos, e igual que se ha empezado a regular ese aspecto, habría que establecer más normas que todos deberíamos respetar. La apuesta debe ser el consenso porque la denuncia no lleva a nada. Todo debe ser objeto de una mesa de trabajo”, asegura Palacios.
La San Juan muestra también su descontento con la generalización a la hora de hablar sobre la hostelería. En su opinión, “hay diferentes tipos de negocios hosteleros y diferencias en las calles a la hora de plantear el tipo de ocio que se ofrece”. En este sentido, desean que La Calle San Juan "siga siendo una calle de disfrute y respeto, una calle gastronómica y enológica, orgullo de todos los logroñeses, que se siente querida por la ciudad y quiere seguir esforzándose en merecerlo".
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