"Tocas fondo cuando empiezas a temer por tu vida"

Logroño

Cada 15 de noviembre se celebra el Día Mundial sin Alcohol, una efeméride que tiene como finalidad concienciar a la sociedad acerca de los daños físicos y psicológicos que ocasiona el consumo de esta sustancia en nuestro organismo, y en nuestro entorno y relaciones.

Este año, desde Proyecto Hombre se quiere hacer hincapié en la protección de jóvenes y menores frente a los riesgos de consumo de alcohol. Por ello, la organización ha presentado un documento con alegaciones al actual Anteproyecto de ley de prevención del consumo de alcohol y de sus efectos en las personas menores de edad, reforzando el carácter preventivo y educativo de la norma, que refuerzan la puesta en marcha de programas basados en la evidencia.

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida entre la juventud española. El 75,9% de la población estudiantil ha consumido alcohol alguna vez en su vida, y aproximadamente el 56% lo ha hecho en el último mes. El inicio temprano de consumo y la prevalencia de patrones de consumo intensivo son preocupantes, el 22% de la población estudiantil reporta haber practicado ‘binge drinking’ en el último mes, lo que supone un riesgo significativo para su salud física y mental.

Según explica Óscar Pérez, director del Centro Residencial de Proyecto Hombre, “la banalización y normalización del consumo de alcohol, así como una baja percepción del riesgo que comporta, favorecen el consumo. Las personas jóvenes consumen alcohol principalmente porque lo consideran divertido y porque creen que anima las fiestas (67,7%), y algunos lo utilizan para desinhibirse o ligar (37,7%)

Además, explica Pérez, “la facilidad para conseguir bebidas alcohólicas es otro factor que favorece el consumo de alcohol entre las personas jóvenes: el 92,9% de ellas no aprecia ninguna dificultad para conseguirlas, pese a estar prohibida su venta a menores”.

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Una vida marcada por el consumo de alcohol

Paula, nombre ficticio de una usuaria de Proyecto Hombre, lleva dos meses y medio en el que es ya el tercer tratamiento al que se ha sometido a lo largo de su vida. Lamenta como “se va normalizando y minimizando el gran problema que ocasiona el alcohol. Yo soy de la generación de los 80 y por entonces, como ahora, se conseguía alcohol en cualquier tienda. Con 13 o 14 años comencé a beber en grupo, los fines de semana... y no hay conciencia social del peligro que eso puede entrañar para los jóvenes si al final acabas introduciendo el alcohol en tu día a día. Eso afecta a todos los ámbitos de tu vida”.

Paula reconoce que ella no fue consciente de los peligros, “tengo una hija y me asusta que pueda empezar a beber dentro de 3 o 4 años, pero es algo que no vi conmigo, y cuando pasas del uso al abuso y a la adicción no te das cuenta”.

Ahí comenzó una deriva de la que no es fácil salir, “al final tocas fondo, pero hay varios fondos. Inicialmente, puedes perder una pareja o la comunicación con tus padres... pero realmente hay un momento en el que temes por tu vida y te acojonas. Piensas, o tomo ya una decisión o voy a morir de esto”.

Paula está sometiéndose actualmente a su tercer tratamiento, “Proyecto Hombre me está ayudando a hacer ese ‘click’. Noto un avance espectacular en los dos meses y medio que llevo y me están enseñando a crecer personalmente, afrontando mis miedos. Hay que hacer cimientos nuevos, y resetear todo. Es difícil, pero hay tratamiento”.

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