Los artesanos riojanos reclaman un mayor apoyo institucional

Logroño

Actualmente en La Rioja hay 282 carnets de artesanía. Para la concesión de carnés y el registro de oficios se considera actividad artesanal toda aquella que suponga la creación, producción, restauración o reparación de bienes de valor artístico o popular, así como la prestación de servicios siempre que estas actividades se realicen mediante procesos en los que la actividad desarrollada sea predominantemente manual y el producto final sea de factura individualizada y distinta de la propiamente industrial.

La actividad artesana está repartida ahora mismo por 50 municipios de nuestra comunidad autónoma.

Hoy hemos querido invitar a nuestros estudios a tres de estos profesionales para interesarnos por sus proyectos, las dificultades que se encuentran en su día a día y los apoyos con los que cuentan para sacar adelante sus ideas de negocio.

Una necesidad vital

Profesionales que reflejan la diversidad y tradición de nuestra tierra. Sin embargo, la realidad diaria de la artesanía no es sencilla. La dificultad para hacer viables el oficio tradicional es uno de los retos más mencionados por quienes lo ejercen. Daniel Latorre se dedica a la labra de madera y a la fabricación de instrumentos antiguos de música y explica que “a veces es complicado compaginarlo con una rentabilidad, esa necesidad, entonces hace falta apoyo, institucionalmente salen muy pocas cosas que se mantengan en el tiempo, no hay una estructura fuerte”.

Pero pese a las dificultades, la vocación sigue siendo el motor principal. Honorio Colino, guarnicionero, es artesano por vocación familiar y reconoce que lo que más feliz le hace es su trabajo, “para mí la artesanía es un disfrute. Entonces, pudiendo trabajar en lo que me gusta, me hace el tío más feliz del mundo. Es un trabajo duro, a veces te equivocas, pero yo disfruto muchísimo y la creatividad, el crear cosas, es algo que me llena plenamente”.

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Incluso hay quienes no hablan solo de pasión, sino que la dedicación al oficio responde a una necesidad vital. Naiara Arrieta es ceramista e ilustradora y apunta que “es un placer y es una necesidad para mí, o sea, hay veces que me preguntan qué soy, y digo que no lo sé, en realidad tengo esa necesidad, esa pulsión por construir cosas, pero es verdad que a nivel económico muy complicado mantenerse laboralmente en oficios tan concretos, por lo que decíamos de la industria y porque el consumo ya es totalmente diferente gracias a esa industria. Tienes que explorar muchas fuentes de ingresos, como cursos, talleres, impresión de todo tipo de cosas... hay que estar muy abierto a nuevas posibilidades de negocio”.

El diagnóstico es común: la artesanía riojana combina la creación de piezas únicas, pero hablan también de la fragilidad de un modelo que requiere mayor respaldo y estrategias de adaptación a un mercado en constante transformación.

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