Mariano Gil: "Estoy orgulloso de ser agricultor, de pueblo y de la UAGR"
El veterano agricultor de Alcanadre rememora cómo ha cambiado la vida en el campo riojano

Mariano Gil: "Estoy orgulloso de ser agricultor, de pueblo y de la UAGR"
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Logroño
Cada 15 de mayo, se celebra el Día de San Isidro Labrador, patrón de los agricultores. Una jornada para rendir homenaje a quienes han dedicado su vida a la tierra.
Este año en Radio Rioja aprovechamos la efeméride para acercarnos a la figura de Mariano Gil, un veterano agricultor de Alcanadre de 83 años, que rememora cómo ha cambiado la vida en el campo riojano.
Sus recuerdos evidencian cómo el impacto de la tecnología ha mejorado notablemente la calidad de vida de los agricultores, pero también reflejan los desafíos que persisten: el envejecimiento del sector, la falta de relevo generacional y la crisis del sector agrario.
De las mulas al tractor
Mariano Gil nació en Alcanadre en 1942 y empezó a trabajar en el campo con tan solo 14 años. “Era lo normal entonces”, asegura. Aunque ya antes ayudaba durante las vacaciones escolares, como era costumbre en su pueblo. Recuerda que durante la vendimia, los niños recibían ocho días de vacaciones escolares para llevar la comida a los vendimiadores. “Eso no era común en todos los pueblos, pero aquí sí”, explica.
El día de San Isidro se vivía de otra forma. Mariano rememora que era el inicio de “las madrugadas”, jornadas que empezaban antes del amanecer. “Mi padre me despertaba para ir a arar la viña. A las siete ya habías parado con el macho a comer chocolate y beber un trago de vino”. Después se almorzaba y se volvía a casa a comer. Pero a las cuatro de la tarde, otra vez al tajo: al regadío o a labrar. Una vez me dormí encima de la mula, que se sabía sola el camino. Llegó a la finca conmigo dormido encima. Así era nuestra vida”, detalla.
Hoy, en cambio, Mariano se asombra de los tractores modernos. Recuerda que a los 18 años ya estaba al mando de uno, pero reconoce que los actuales “parecen aviones”.
La tecnología alivia el esfuerzo, pero no el futuro
Gil fue uno de los primeros del pueblo en usar tijeras eléctricas para la poda. “No era por presumir, fue porque tenía frutales, viñas y tres hijos. Me dio el mal del tenista en el codo”, relata. Desde entonces, no volvió a podar con tijeras manuales.
Pese a estas mejoras que aliviaron el cansancio físico, el agricultor asegura que “la economía ha empeorado” y que “cada vez hace falta más cantidad de producto para pagar un tractor, pero los precios bajan”. La agricultura, afirma, ya no es rentable como antes.
Para Mariano, uno de los grandes problemas del campo riojano es la falta de relevo generacional. Cree que el futuro estará en manos de grandes empresas alimentarias y fondos de inversión: “La comida no va a faltar, pero el agricultor tradicional desaparecerá. Serán obreros al servicio de otros”.

Mariano Gil, un agricultor de Alcanadre trabaja en el campo / CEDIDA

Mariano Gil, un agricultor de Alcanadre trabaja en el campo / CEDIDA
Un agricultor orgulloso de serlo
Mariano Gil ha notado también un cambio en la percepción social del agricultor. “Antes daba vergüenza decir que eras del campo. Éramos los ‘garrulos’. Pero con la Unión de Agricultores en los años 70, eso cambió. Ahora se dice con orgullo”, explica emocionado.
Gil contempla con tristeza el paisaje actual: olivos y viñas abandonados, fincas sin trabajar. “Antes, todo estaba cultivado. Ahora hay rincones donde te saltan las lágrimas de ver el abandono”.
Y a pesar de los obstáculos, Mariano se siente orgulloso de su trayectoria. “Estoy orgulloso de ser agricultor de pueblo y de pertenecer a la Unión de Agricultores”, concluye.
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Marta Pina
Editora de La Ventana de La Rioja y redactora en Hora 14, después de haber trabajado en medios como...




