Los rectores de las universidades españolas sientan las bases para una EBAU más homogeneizada

La Conferencia de Rectores, después de un intenso trabajo y una intensa negociación, ha pactado una selectividad para 2026 muy similar en todas comunidades autónomas.

Estas propuestas recogen una estructura común de examen basada en competencias, bloques compartidos de saberes básicos, criterios específicos de evaluación y orientaciones comunes sobre aspectos formales y lingüísticos. Según la CRUE, el examen no puede ser completamente homogéneo en toda España porque cada comunidad autónoma es responsable de aproximadamente la mitad del currículum que se enseña en sus centros, de manera que en cada región hay diferentes contenidos, pero la idea es avanzar en esa dirección todo lo que se pueda.

Hay cambios importantes, el más destacado sin duda es que los contenidos competenciales que hasta ahora se planteaba que tuvieran un peso del 20 o 25 por ciento, pasarán o por lo menos hay propuestas para que pasen a representar entre el 50 y el 100 por cien de peso en el examen

Además, entre las principales novedades, se establece una pauta de corrección para todas las comunidades, que supondrá que la parte ortográfica y gramatical será evaluada con hasta el 10% de la nota, es decir, un punto por ejercicio.

Un alivio para los correctores

Marian Martínez Calvo, vicerrectora de estudiantes de la UR, asegura que “se han establecido criterios comunes con toda la parte de ortografía, penalizaciones... se ha acordado una estructura común de examen, basada en las competencias, que ya sabemos que desde la ESO se está trabajando en los centros de secundaria y bachillerato. La idea es avanzar hacia eso, hacia un examen de competencias, pero con todo armonizado con todos a una”.

Otro de los aspectos más novedosos es el enfoque dirigido a evaluar la habilidad competencial de los estudiantes, por encima de su capacidad de memorizar datos, por lo que se limitará la parte competencial a un mínimo de entre un 20% y un 25% de las preguntas

Alberto Escalante, profesor de Didáctica de Lengua y Literatura Española y corrector de EBAU, considera que “tener unos modelos comunes y saber que esas competencias vamos a tener que tratarlas de la misma manera los correctores de toda España es, dicho pronto y mal, un alivio para los que corregimos”.

Demasiada improvisación

También nos hemos acercado al Colegio San Agustín, de Calahorra, donde sus alumnos se preparan para la inminente prueba de acceso a la universidad que comenzará el próximo 3 de junio. Nicolás y Sofía cuentan que afrontan el examen “tranquilos y confiados en obtener una nota que les permita superar el corte de los grados que han elegido”.

Por su parte, Patricia García, coordinadora de ESO y Bachillerato, critica que “comenzamos el curso con lo poco que se publicaba en los medios de comunicación. Eso tampoco es justo para los alumnos, comenzar un curso de 2 bachilleres sin saber la prueba a la que se van a tener que enfrentar. Tras varias reuniones con los coordinadores se nos fue dando las instrucciones y a partir de ahí se empezó a trabajar en las pruebas competenciales que era lo que más miedo nos daba. Se ha trabajado y los chicos conocen los formatos de las diferentes pruebas, pero consideramos que los cambios llegaron tarde y hay que tener una mayor planificación”.

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