Antonio Pampliega: “Lo que me ha llevado a los escenarios de guerra de todo el mundo es el compromiso con los que sufren”

Logroño

‘Cowboys en el infierno’, que llegó a las librerías el pasado 2 de junio, narra las vivencias de dos reporteros freelance españoles en la batalla de Alepo, una de las más cruentas del conflicto sirio. Según explica el autor, “la obra es una combinación de testimonio y ficción”. Aproximadamente un 70-75% del contenido está basado en hechos reales, relatos que él mismo escribió para distintos medios durante su etapa como corresponsal.

Uno de los protagonistas, Lucas Corso, funciona como su alter ego. El objetivo, según el periodista, “era dar forma a un relato accesible para los lectores, sin recurrir al ensayo tradicional, pero sin alejarse demasiado de la verdad. Quería que el lector se preguntase en qué momento lo que está leyendo es realidad o ficción”.

Pampliega también aprovecha el libro para denunciar las duras condiciones en las que trabajan los periodistas freelance en zonas de conflicto. Cuenta que “durante una cobertura en Alepo en 2014, llegué a cobrar 35 euros por un reportaje, una cantidad que además tuve que dividir con el fotógrafo. Eso es lo que cobra un freelance hoy en día en una zona de guerra”.

Más allá de la precariedad económica, el periodista insiste en la desprotección que padecen los profesionales que no están respaldados por grandes medios. Recuerda cómo en Siria sospecha que fue traicionado por su propio traductor y conductor, y cómo ese abandono institucional pudo facilitar su secuestro, “mientras nosotros viajábamos sin protección, otros equipos como los de la BBC contaban con vehículos blindados y escoltas armadas. ¿A quién vas a secuestrar, a tres pringados o a un equipo protegido?”.

El compromiso como motor

A pesar del miedo, la inseguridad y el escaso reconocimiento, Pampliega afirma que lo que le empujaba a volver una y otra vez a las zonas de conflicto era el compromiso. "En los hospitales sirios los propios civiles te pedían que hicieras fotos de sus familiares fallecidos para que el mundo supiera lo que estaba ocurriendo. Te das cuenta de la importancia que tienes, de que eres su única esperanza para que esto no se repita”.

Con 43 años y una hija pequeña, Pampliega ha decidido cerrar su etapa como freelance de guerra. Reconoce que seguir con ese ritmo de vida y con esas condiciones era ya inviable. Ahora prepara un nuevo proyecto profesional, el programa Territorio Pampliega, y afirma sentirse más cómodo viendo el periodismo “desde el otro lado”.

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