La ONG WWF alerta de incendios cada vez más intensos, rápidos y difíciles de controlar
Aunque el número total de incendios ha disminuido en las últimas décadas en España, la organización advierte de que cada vez son "más virulentos y devastadores"
Entrevista con Lourdes Hernández, experta en incendios forestales WWF
La entidad WWF advierte de una nueva generación de incendios "explosivos" en España por la crisis climática y el abandono rural. Lo ha hecho en su informe anual de la ONG donde, alerta del auge de incendios de sexta generación, que desbordan la capacidad de extinción, y reclaman medidas estructurales para recuperar el territorio y prevenir desastres cada vez más frecuentes e incontrolables.
Lourdes Hernández, experta en Incendios Forestales de la entidad WWF, explica en Radio Rioja que están "muy vinculados a condiciones meteorológicas muy extremas y generan tantísima intensidad en el lugar donde se producen, desprenden tanta energía, que son capaces de modificar a la propia atmósfera y se genera una especie de microclima. Se puede formar un gran pirocúmulo que, en caso de que este se desplome, pueden suceder dos cosas: que cambien las condiciones meteorológicas, que llueva y eso contribuya a apagar el incendio; o que el desplome sea explosivo, se generen vientos muy fuertes y contribuyan a una propagación mucho más rápida".
En las últimas dos décadas, hay una clara tendencia en la extrema intensificación y peligrosidad de los incendios forestales a escala global y en España. Desde 2017, además, se ha identificado un nuevo tipo de incendios, catalogados como de ‘sexta generación’, que son capaces de modificar las condiciones meteorológicas y desbordan la capacidad de extinción. Estos incendios son de alta intensidad debido a una gran acumulación de combustible seco que, junto con el impacto de los efectos de la crisis climática, los vuelve ‘explosivos’ e impredecibles, generando pirocúmulos, nubes de gases y vapor de agua, que pueden derivar en ‘tormentas de fuego’.
Políticas de prevención insuficientes
La ONG denuncia que, aunque ha habido avances en sensibilización y normativa, las políticas de prevención siguen siendo insuficientes.
"No aspiramos a un escenario de cero incendios. Eso no va a suceder en el ámbito porque el fuego es un elemento natural y va a seguir habiendo incendios. Eso sí, tenemos que estar preparados. En primer lugar, que la población sepa cómo tiene que actuar ante un incendio, que es algo que no sucede, que asuma esa responsabilidad. Hay un porcentaje cada vez más grande de la población que vive muy próximo al monte que lo consideramos como algo idílico pero estamos excluyendo el riesgo y no estamos actuando para prevenir, afirma.
Desde WWF reclaman una reforma estructural de la gestión del territorio, con más inversión en prevención, impulso a los modelos agroforestales sostenibles y un marco normativo común que guíe a las comunidades autónomas.
Avances, pero con políticas insuficientes
El incendio de Guadalajara, ocurrido el 16 de julio de 2005, marcó un antes y un después en la lucha contra los incendios forestales en nuestro país, especialmente en el plano social, aumentando la sensibilización de la sociedad sobre el peligro que suponen estos eventos no solo para la naturaleza, sino también para las personas.
Sin embargo, aunque se ha producido una evolución en este marco, en gran medida, las modificaciones de la normativa han venido a "parchear" los años negros de incendios, con prohibiciones específicas ante situaciones concretas (barbacoas o uso de maquinaría) pero siguen sin abordar el problema estructural de los incendios, lo que denota una falta de visión más integral.
Quedan aún por abordar retos fundamentales como la falta de ejecución o de coherencia de los planes de prevención autonómicos, la ausencia de priorización de las inversiones, la escasa inversión preventiva en comparación con la extinción, la falta de apoyo a modelos agroforestales resilientes, la necesidad de reforzar la gobernanza rural o el manejo del paisaje como medida estructural.
Frente a ello, WWF propone para reducir la peligrosidad de los incendios, la adopción de un marco regulatorio adecuado e integral. El Gobierno debe aprobar el Real Decreto (RD), actualmente en tramitación, que persigue establecer criterios comunes en los planes anuales de las comunidades autónomas para la prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales.
Además, las comunidades autónomas deben adoptar planes anuales integrales de prevención de incendios y medidas de adaptación al cambio climático (con estrategias de prevención y gestión del territorio). Así como establecer una política de fiscalidad verde de “quien contamina paga” y “quien conserva recibe”, y mayor inversión de las administraciones públicas en investigación e innovación.
“La única forma de evitar que los grandes incendios sigan devorando comarcas enteras cada verano pasa por gestionar y adaptar el territorio para hacerlo menos inflamable y más resiliente. Hasta ahora la prevención era entendida como la realización de tratamientos selvícolas puntuales y mantenimiento de pistas, cortafuegos o puntos de agua. Esto es insuficiente”, añade Lourdes Hernández. Y añade: “La máxima consiste en crear paisajes para reducir las emergencias. En lugar de combatir las llamas, hay que combatir el abandono rural. Si no adaptamos el territorio, los impactos ambientales y socioeconómicos de los incendios seguirán aumentando”.
Recibe toda la información de Radio Rioja en nuestro canal de WhatsApp.