Sergio Toribio: "Si degradan así a personas europeas, qué no harán con los presos palestinos"

Logroño

El activista por la causa palestina ha regresado a Logroño tras ser detenido por segunda vez por el ejército israelí en aguas internacionales

El pasado viernes, en torno a la una de la tarde, Sergio Toribio llegaba por fin a Logroño tras participar en una nueva expedición de la Flotilla de la Libertad, una iniciativa internacional que busca romper el bloqueo marítimo sobre Gaza. Según ha explicado en declaraciones a Hora 14, “esta segunda experiencia ha sido más tensa y compleja que la primera, aunque hubo similitudes en el modo de actuación del ejército israelí”.

Toribio asegura que “no tenía previsto embarcarme inicialmente, pero decidí unirme para apoyar a los organizadores ante la necesidad de más manos”.

La embarcación en la que viajaba logró avanzar hasta unas 60 millas náuticas antes de ser interceptada por las fuerzas israelíes. “El abordaje fue realizado por una patrulla con efectivos que incluso me reconocieron de mi detención anterior. Yo también vi ojos y escuché voces conocidas de la primera vez”.

Tras su captura, fueron trasladados por la fuerza al puerto israelí de Ashdod, donde la mayor parte de los detenidos, entre ellos Toribio, decidieron no firmar la orden de deportación, algo que, según Toribio, “buscaba aumentar el coste político y mediático para el gobierno israelí”. La consecuencia de esa decisión fue que él y otros activistas fueran trasladados a un centro de detención que, según cree, se llama Gibón.

Condiciones inhumanas

Las condiciones del centro, denuncia Toribio, “eran deplorables, con presencia de chinches, garrapatas, falta de higiene básica, ausencia de productos esenciales como papel higiénico o jabón y temperaturas extremas por falta de aire acondicionado. A esto se sumó la negativa a facilitar medicación a varios compañeros, entre ellos uno que sufrió un desmayo tras la administración incorrecta de su tratamiento”.

Pese a la gravedad de la situación, Toribio destaca el apoyo entre los detenidos como un elemento clave para resistir, “la fuerza del grupo fue esencial para mantener la firmeza en la huelga de hambre y soportar las vejaciones”. Durante este tiempo, Toribio asegura haber sido sometido a humillaciones, como ser desnudado y obligado a hacer sentadillas ante patrullas armadas y privado de elementos personales como zapatos o férulas médicas. Asegura que estas experiencias le han hecho reflexionar aún más sobre el trato que reciben los palestinos detenidos, “si a personas europeas se nos somete a este nivel de degradación que no harán con los presos palestinos”.

Apoyo diplomático y legal

El activista riojano agradeció especialmente la labor del cónsul español en Tel Aviv y del equipo legal de Adalah, una organización de mujeres palestinas que ofrece asistencia jurídica a minorías árabes en Israel. Las visitas del consulado y de las abogadas permitieron cierta visibilidad del caso, y facilitaron las gestiones necesarias para la liberación de los activistas, cumplidas las 72 horas legales de detención.

Aunque reconoce que una tercera detención en tan poco tiempo supondría un riesgo importante, Toribio no descarta seguir colaborando en el futuro con la Flotilla de la Libertad, “aunque sea desde tierra. Puedo asesorar o ayudar sin necesidad de embarcarme”.

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