Peroblasco resiste: del abandono a la esperanza gracias a una revolución vecinal
Tras décadas de olvido, Peroblasco renació gracias a la iniciativa de un grupo de personas que siguen reclamando servicios básicos

Peroblasco resiste: del abandono a la esperanza gracias a una revolución vecinal
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Logroño
Peroblasco es un municipio de La Rioja Baja ubicado a 2 kilómetros de Arnedillo, que vivió, de la manera más cruda, la despoblación en los años 60: quedó totalmente deshabitado tras el cierre de las fábricas que permitían subsistir a sus vecinos. Pero la iniciativa de un grupo de personas en la década de los 80, algunos originarios del pueblo y otros que se asentaron en él para desarrollar un proyecto de futuro en el campo, permitió devolver la vida al pueblo.
Con la llegada de la transición, varias personas se establecieron en Peroblasco. Uno de ellos fue Jesús Ateca, que se compró un pajar a comienzos de los 80 con la intención de repoblar el pueblo, pero pensó que sería más sencillo. La llegada de servicios básicos fue muy lenta, pero cada avance llenaba de emoción a los vecinos, que, por primera vez, pudieron encender la luz en sus casas o llamar por teléfono desde Peroblasco. Hoy, piden la construcción de un centro social en el solar de la antigua iglesia, que se derrumbó en 2005. Ateca sueña con verlo hecho realidad. "Todo depende de que la administración quiera hacer algo y, hasta ahora, ha demostrado que no tenía demasiado interés", lamenta.
Fiesta del humo
"Estaba dibujando el pueblo. Accidentalmente, dibujé humo de colores en las chimeneas y pensé en utilizar ese humo para visibilizarnos. Se lo planteé a la asociación de vecinos como una fiesta que cohesionase a todo el pueblo y que representase nuestras carencias y nuestros anhelos", explica Ateca. Así surgió la fiesta del humo, que llena de color todo el valle del Cidacos cada último sábado de julio a las 9 de la noche. Suena el canon de Pachelbel y cada casa empieza a exhalar humo de colores. Es la forma que tienen de gritar 'estamos aquí' y 'seguimos vivos'.
Turno de la juventud
Tras más de 40 años de reivindicaciones, los jóvenes del pueblo han tomado el testigo. Creen en Peroblasco y están convencidos de seguir con el legado del pueblo porque no quieren verlo morir. Además, son conscientes de que ahora les toca luchar a ellos al igual que lo hicieron los que les precedieron. "Ojalá se repoblase, pero para ello tiene que venir a vivir más gente y que haya servicios que lo acompañen: que haya un colegio, que pasen autobuses por la marquesina o que no haya que andar 1 kilómetro para tirar la basura. Son pequeñas cosas, pero si las juntas todas son muchas pegas", concluye Eduardo Altuzarra, un chico de 23 años vinculado familiarmente a Peroblasco.
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