A pie de campo: estas son las nuevas normas sobre nutrición sostenible en los suelos agrarios
La ingeniera técnico agrícola Allende Martínez explica la nueva normativa para la mejora de la fertilización

A pie campo: estas son las nuevas normas sobre nutrición sostenible en los suelos agrarios
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Logroño
La semana pasada se publicó en el BOE un nuevo Real Decreto en el que se establecían normas sobre nutrición sostenible en los suelos agrarios.
La idea es que las explotaciones estén asesoradas por profesionales con conocimientos técnicos en fertilización y medio ambiente, para garantizar que se cumplen correctamente las normas y se gestiona mejor la fertilización.
Plan de abonado
Uno de los pilares de esta normativa es el plan de abonado. Se trata de un documento técnico en el que el agricultor planifica cuándo, cómo y cuánta materia orgánica o fertilizante mineral va a aplicar en sus cultivos a lo largo de la campaña.
El objetivo es claro: ajustar la fertilización a las necesidades reales del cultivo, evitando excesos y pérdidas.
Este plan tendrá dos fases de entrada en vigor según el tipo de cultivo y el momento de siembra o plantación.
- A partir del 1 de enero de 2026, será obligatorio para las unidades de producción en regadío y para los cultivos que se planten o siembren entre el 1 de marzo y el 30 de junio.
- A partir del 1 de septiembre de 2026, lo será para el resto de cultivos, incluidos los leñosos o permanentes.
Por otro lado, el asesoramiento en nutrición sostenible ya existía en el decreto anterior, pero ahora se retrasa su obligatoriedad.
Este asesoramiento consiste en que las explotaciones cuenten con un técnico o entidad especializada que ayude a planificar y aplicar correctamente los fertilizantes.
En las zonas vulnerables a nitratos, esta obligación comenzará en enero de 2027, mientras que en el resto del territorio entrará en vigor en 2028.
También hay cambios en cuanto al registro de fertilización, que es una sección del cuaderno de explotación donde se anotan las operaciones relacionadas con la aplicación de nutrientes.
Antes debía empezar en 2025, pero se retrasa a enero de 2026, y se podrá llevar tanto en papel como en formato digital.
Esto da un año más a los agricultores para adaptarse, sin obligación de usar herramientas digitales si prefieren seguir trabajando en papel.
Si miramos el conjunto de todas estas modificaciones, hay un mensaje muy claro: la normativa no desaparece, pero sí se aplaza y se ajusta para que el sector tenga más tiempo para adaptarse.
El plan de abonado, el asesoramiento en nutrición sostenible y el registro de fertilización forman parte de un cambio estructural en la manera de trabajar la fertilización de nuestras explotaciones.
La idea de fondo es que sea un proceso más técnico, más controlado y también más eficiente.
Esto no supone una relajación de la norma, sino dar aire a los agricultores profesionales para organizarse, formarse y contar con apoyo técnico.
Cuando las obligaciones llegan de golpe, generan rechazo.
Pero cuando se aplican con margen y acompañamiento, pueden convertirse en una oportunidad para mejorar la gestión y reforzar la viabilidad de las explotaciones.




