Las pastelerías riojanas mantienen viva la tradición de los Huesitos de Santos

En La Rioja, el Día de Todos los Santos se celebra con flores en los cementerios y dulces en las mesas. Como cada año, las pastelerías artesanas de la región han vuelto a llenar sus vitrinas con los tradicionales Huesitos de Santo y buñuelos, dos postres que evocan memoria, familia y sabor.

En la capital riojana, la pastelería Ramflor mantiene viva esta costumbre desde 1979. David Nicolás, su gerente, explica que los Huesitos se elaboran con mazapán de almendra marcona y se rellenan con mantequillas saborizadas o yema. “Los de yema son los preferidos de la gente mayor, por su sabor tradicional”, comenta. Las variantes incluyen chocolate, café, frutos secos o fresa, todos preparados de forma artesanal.

Los buñuelos, por su parte, se fríen con una masa similar al petit choux y se rellenan con crema pastelera casera con un toque de canela. El azúcar que los recubre se muele en un molino con más de medio siglo de historia, símbolo de la solera del obrador.

Estos dulces pueden adquirirse desde principios de octubre hasta la primera semana de noviembre, siendo el fin de semana de Todos los Santos el momento de mayor afluencia. “Es cuando más se venden, la gente viene con buen humor y con ganas de disfrutar”, señala Nicolás. Muchos clientes encargan por teléfono para compartir con familiares, manteniendo viva una tradición que ya no se elabora en casa, pero que sigue transmitiéndose a través del paladar.

Tras esta dulce temporada, Ramflor se prepara para la campaña navideña, con mazapanes, polvorones y turrones ya en marcha. Pero hoy, 1 de noviembre, los Huesitos de Santo siguen siendo los protagonistas, uniendo generaciones en torno al recuerdo y al sabor.

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