La baraja ‘Quimera’, de la artista riojana Paula Oestreicher, conquista a la Asociación Española del Naipe
La junta de ASESCOIN se decantó por unanimidad por el trabajo de la riojana como baraja oficial de la asociación en 2025
La baraja ‘Quimera’, de la artista riojana Paula Oestreicher, conquista a la Asociación Española del Naipe
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Logroño
El interés de Paula Oestreicher por los naipes nace en su Trabajo de Fin de Grado, en la especialidad de Grabado y Técnicas de Estampación, titulado ‘El Tarot del Pueblo’, una creación que une el mundo del Tarot al entorno rural, a los remedios caseros y al refranero campesino.
Según cuenta la propia Oestreicher, “era un trabajo que recopilaba las historias de arraigo, de misticismo, de cómo las historias de pueblo pasan de abuelos a padres y de padres a hijos”. Por casualidades de la vida, esta obra llega a las manos de Alberto Pérez González, responsable gráfico de ASESCOIN (Asociación española de coleccionismo e investigación del naipe), quien anima a la artista riojana a presentar una propuesta de baraja para la publicación anual de dicha asociación.
Pérez explica que “lo primero que nosotros valoramos a la hora de proponer una baraja anual es la originalidad, la creatividad y por supuesto la profesionalidad Entonces yo tuve acceso a los arcanos del Tarot y me pareció que eso reunía todas las condiciones que nosotros demandábamos Entonces le pedí que me hiciera una propuesta, unos diseños de lo que podría ser una baraja basándose en ese estilo”.
Paula acepta el reto y presenta su propuesta artística y personal que, finalmente, fue elegida por la junta por unanimidad entre todos los proyectos entregados.
Cada naipe de la baraja es una pieza única
El pasado 18 de octubre, en su asamblea anual en Estepa, Sevilla, ASESCOIN presentó públicamente la baraja de Paula, que tuvo una aceptación excelente entre los socios.
Pérez considera que en la elección fue clave “la originalidad, frescura y, por qué no decirlo, el riesgo asumido por Paula. En efecto, la baraja ‘Quimera’, deudora en cierto modo de los arcanos del tarot clásico, se desentiende de la repetitiva imaginería tradicional del naipe, para disponer en cada carta los cuatro símbolos habituales de un modo armónico y equilibrado, respetando el cromatismo propio de cada uno de los palos, pero dotando a cada naipe de una naturaleza propia, lo que hace de cada uno de ellos una miniatura única e irrepetible, siendo esto incluso más patente en el palo de bastos”.
Y es que, como explica Paula, “cada carta es totalmente única y diferente a la siguiente con lo que cada oro es diferente o sea, el 1, 2, 3, o sea, todos los oros son diferentes, todas las espadas son tipos de espadas diferentes, todas las copas son copas diferentes, y a los bastos quise darles un toque más personal y en vez de hacer los clásicos bastos de la baraja española tradicional hice como plantas silvestres, como para que tuviera un poco ese mundo más mágico en el que igual me he querido plasmar”.
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