"La ordenanza de terrazas de Logroño beneficia solo a la hostelería y deja de lado a los vecinos"

Logroño

La Plataforma Demanda Casco Antiguo de Logroño critica la "opacidad" con la que llega a pleno la nueva ordenanza de terrazas que se debate este jueves en el Ayuntamiento. En La Primera Llamada del Día, Alberto Gil, miembro de la plataforma, ha denunciado que los vecinos siguen sin acceso al texto definitivo y solo han podido conocer su contenido "a través de lo publicado en los medios".

Gil señala que la propuesta que se vota ahora "no tiene nada que ver" con el borrador inicial elaborado por los servicios técnicos municipales y acusa al alcalde, Conrado Escobar, de "plegarse a los intereses de la hostelería". "Lo que se aprueba no responde a las necesidades del barrio ni a lo acordado en su momento", afirma.

Uno de los puntos que más preocupa es la ampliación de horarios. La ordenanza vigente marcaba la una de la madrugada como límite para la retirada del mobiliario. "Nuestra posición siempre ha sido más restrictiva, como ya se está aplicando en otras ciudades. Sin embargo, una enmienda permite ahora llegar hasta la una y media. Venimos de 2012 y estamos en 2025, pero en vez de avanzar en descanso, estamos retrocediendo", indica.

Superficie

El otro conflicto se centra en la superficie permitida para las terrazas. Gil sostiene que la nueva regulación "abre la puerta" a ampliar la ocupación del espacio público al permitir calcular el tamaño de la terraza a partir de la superficie total del local, y no solo la útil. "Eso implica que prácticamente cualquier establecimiento podrá disponer de terrazas muy grandes, y que la reducción de superficie anunciada no se va a producir", señala.

En relación con las Zonas de Protección Acústica Especial, recuerda que ya existen mediciones oficiales que demuestran que se superan ampliamente los niveles de ruido permitidos durante la noche. "En algunas calles se llega a 80 decibelios cuando el máximo es de 55. Eso está documentado por el propio Ayuntamiento. Sin embargo, la ordenanza ignora este problema. Se está incumpliendo la ley y los acuerdos de pleno desde hace más de un año", denuncia.

La plataforma insiste en que su demanda es "simple": garantizar que vivir en el casco antiguo sea compatible con la actividad hostelera. "No pedimos nada extraordinario, solo poder dormir", concluye Gil.

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