Ganaderos, veterinarios y cazadores reclaman coordinación para contener la peste porcina
La enfermedad, que no afecta a las personas, todavía no ha llegado a La Rioja

Ganaderos, veterinarios y cazadores reclaman coordinación para contener la peste porcina
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La preocupación por los recientes casos de peste porcina africana detectados en Cataluña ha reabierto un debate que afecta de lleno al sector ganadero y cinegético. Aunque las autoridades sanitarias han reiterado que la enfermedad no supone ningún riesgo para la salud humana, su impacto económico y su rápida propagación entre poblaciones de jabalíes mantienen en alerta a ganaderos, veterinarios y cazadores, que coinciden en la necesidad de reforzar el control de la fauna salvaje.
La responsable de Embutidos Luis Gil, Delia Gil, explica que en las explotaciones riojanas se vive la situación “con cautela y con normalidad”, aplicando las medidas de bioseguridad habituales e intentando minimizar un riesgo que, reconoce, “no está al 100% en nuestras manos”. Subraya que la peste porcina “no afecta bajo ningún concepto a las personas” y que el verdadero problema está en la elevada mortalidad que provoca en las ganaderías y en la ausencia de vacunas.
En este contexto, los focos de la enfermedad detectados en jabalíes han vuelto a poner de relieve la necesidad de controlar su población. Gil lamenta que, durante años, se haya limitado la actividad cinegética y se haya permitido que los jabalíes se acerquen cada vez más a zonas urbanas. “No es normal verlos en la Grajera o paseando por Barcelona”, apuntaba, reclamando una reflexión sobre la convivencia entre fauna salvaje, ganadería y caza.
Coincide con esta visión el veterinario José María Monzón, quien recuerda que España tardó más de cuatro décadas en erradicar la peste porcina africana en el pasado. “Es un reto antiguo, para veterinarios y para la sociedad”, advierte, y remarcaba que las únicas medidas posibles son las de contención, dado que no existen tratamientos ni vacunas. Entre ellas, señala el refuerzo de la bioseguridad, el establecimiento de zonas de protección y vigilancia y un control estricto de la población de jabalíes. “Hay una superpoblación, lo quiera o no lo quiera la sociedad, y habrá que regularla de forma coordinada”, explica, recordando que otros países europeos han recurrido incluso al apoyo del ejército para ese control selectivo.
La presidenta de la Federación de Caza de La Rioja, Carla Anguiano, insiste en que los cazadores llevan años colaborando “de forma altruista y al 100%” en la gestión de las especies. Considera “necesario” intensificar el control del jabalí y reclama facilidades administrativas y de gestión para poder hacerlo con eficacia. Anguiano destaca además la formación de los cazadores, capaces de detectar síntomas y colaborar en la vigilancia sanitaria del medio natural.
La Consejería de Agricultura y Ganadería trabaja ahora en una estrategia regional coordinada, que deberá integrar vigilancia epidemiológica, control de fauna salvaje y las aportaciones tanto del sector veterinario como del cinegético. Todo ello en un escenario en el que, según datos de la propia consejería, La Rioja cuenta con unos 8.500 jabalíes.
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