Álvaro Morón explora la memoria del territorio a través de la teja, la cal y el agua

La sala de exposiciones de la ESDIR, en Logroño, acoge hasta el 6 de enero la exposición Beber teja, dota de cuerpo a la cal, del artista riojano Álvaro Morón. La muestra forma parte de la Muestra de Arte Joven de La Rioja y propone un acercamiento artístico a materiales tradicionales como la teja, la cal y el agua, vinculándolos a procesos naturales, artesanales y geológicos.

El proyecto es fruto de una investigación iniciada hace un año y medio en el Valle del Alto Najerilla, donde el artista desarrolló trabajos de campo ligados al territorio. “En el propio título ya aparecen los tres elementos, porque con el verbo beber está implícita la idea del agua, que es fundamental para entender cómo atraviesa a la teja y a la cal”, explica Morón.

El artista señala que su interés por estos materiales surge de prácticas artesanales tradicionales. “Me fijo en la teja y la cal por cuestiones artesanales, por cómo se han trabajado históricamente en ese territorio”, afirma. A partir de ahí, la investigación derivó hacia la observación de los efectos del agua sobre estos elementos, un aspecto que considera clave en su obra.

La naturaleza y, en concreto, el mundo subterráneo, tienen un peso importante en la exposición. Morón relató que durante sus investigaciones apareció la referencia a la cueva de Covacalera, situada en la zona estudiada. “Empiezo a establecer conexiones entre los procesos artesanales de la arcilla y la cal y los procesos geológicos que suceden en las cuevas”, señala, una relación que se convierte en uno de los ejes conceptuales de la muestra.

El agua aparece como un elemento contradictorio y central. “La teja se fabrica con agua, pero su función final es proteger de ella”, explica el artista, que también se detuvo en el caso de la cal, un material soluble que cambia incluso de nombre según su relación con el agua: “Antes de entrar en contacto con el agua se llama cal viva y después cal muerta, como si el agua tuviera la capacidad de matarla”.

En cuanto a la materialización de estas ideas, Morón combina dibujo, fotografía, escultura e instalación. “Abordo todos estos resultados y casualidades desde mi práctica artística”, indicó. En la exposición destacan piezas de resina cuya forma procede de mapas espeleológicos de la cueva, un material que el artista eligió por su proceso lento de sedimentación y su reacción con la luz.

La muestra se completa con la presencia de cal, arcilla, cristales y agua, configurando un espacio que busca sintetizar, en palabras del propio artista, “los procesos de los paisajes kársticos y su relación con los procesos artesanales”.

Beber teja, dota de cuerpo a la cal puede visitarse hasta el 6 de enero en la sala de exposiciones de la ESDIR, en Logroño.

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