Los colonos judíos rechazan desalojar asentamientos ilegales casi deshabitados
El desmantelamiento está previsto en la Hoja de Ruta
El primer ministro israelí ha ordenado que hoy se evacuen hasta 14 pequeños asentamientos de Cisjordania, la mayoría deshabitados. Pero el Consejo de los Asentamientos judíos ha expresado ya su rechazo a esta medida, por lo que podrían ser desalojados por el Ejército.
El mando militar israelí en la franja de Gaza, comandante del mando central Moshe Kaplinski, ha facilitado ya a los líderes de los colonos una lista de los asentamientos ilegales que el Gobierno pretende demoler. Si los colonos no facilitan el desmantelamiento voluntario, serán retirados por las tropas del Ejército.
Según informa la radio militar israelí, el ministerio de Defensa ha ordenado derribar sólo los edificios vacíos que se encuentren enclavados cerca de asentamientos poblados. Es el caso de las edificaciones israelíes de Neve Erez -cerca de Wadi Kelt-, Amona -cerca de Ofra-, y otra próxima a Karnei Tsur.
Además, según las mismas fuentes, otros asentamientos totalmente despoblados serán demolidos. Es el caso de las estructuras edificadas cerca de Eilon Moreh, Itamar, y Har Bracha. El asentamiento de Gilad Farm, que vivió en octubre choques entre colonos y el Ejército israelí, será trasladado a una zona cercana, pero esto es algo que aún debe aprobar el Gobierno.
RECHAZO DE LOS COLONOS
Los líderes de los colonos que se han reunido esta mañana con Kaplinski han rechazado sus peticiones, según la radio pública israelí, pues consideran que esta medida es un premio para los terroristas palestinos. Ya han anunciado que ofrecerán resistencia a los derribos, y que protestarán contra el desalojo de los asentamientos.
El consejo de colonos de Yesha afirmaba esta mañana que, por cada uno de los 14 asentamientos que hoy podrían ser desmantelados, levantarán mañana diez nuevos.
El ministro de Defensa, Saul Mofaz, debe reunirse esta tarde con los representantes de los colonos, y lo hará con la esperanza de lograr su colaboración para una evacuación pacífica de los asentamientos. El Gobierno quiere evitar enfrentarse a ellos, razón por la que estaría dispuesto a que se retiraran de los asentamientos ilegales al ritmo que deseen, a pesar de que esto suponga un retraso a sus planes de desmantelamiento.
